Quería empezar esta carta con una buena y una mala noticia que reflejarán el año que acaba de terminar y, pensándolo bien, llego a la conclusión de que la buena es que 2019 finalmente ha acabado. El año ha sido muy complicado y aún más compleja ha sido la recta final por las nauseabundas negociaciones de Sánchez para formar gobierno a toda costa con la ayuda de extrema izquierda, proetarras y golpistas. Lo que ha venido sucediendo retrata uno de los episodios políticos más siniestros de nuestra historia democrática, liderado por un señor con connotaciones de trepa, sin miramientos y dispuesto a todo para seguir de alquiler en Moncloa, incluso plegándose a las demencias de los peores enemigos de España. La noticia menos buena es que el aumento del gasto público que promete Sánchez con su nuevo gobierno hará que el déficit ni siquiera disminuya respecto a 2018. Lo que sin duda se traducirá en merma de actividad económica y desempleo. El horizonte de 2020 es, si no se remedia, de estancamiento y desaceleración, lo que ya venían advirtiendo FMI, OCDE, Comisión Europea, INE y recientemente el Banco de España. Es el temor que ha ido creciendo también entre los empresarios que vienen pidiendo desde hace tiempo un gobierno que traiga estabilidad, moderación, certidumbre y seguridad jurídica, los buenos ingredientes para que los empresarios puedan hacer su trabajo, de creación de riqueza y de empleo.

En nuestro entorno más cercano también hay dos noticias que dar, una buena y otra mala. La primera es la estabilidad que sigue generando el Gobierno de la Junta de Andalucía, primero gestionando la aprobación de dos presupuestos para la comunidad autónoma y, en segundo lugar, por la reforma fiscal emprendida, la modificación de la ley de proyectos estratégicos y la voluntad decidida por optimizar la regulación económica en nuestra región.

La mala noticia es que se percibe ya, por las primeras acciones tomadas, que en 2020, si se forma Gobierno, Sánchez instrumentalizará la función fiscalizadora de Hacienda para penalizar el bipartito de PP y Cs. Coste que terminarán pagando los ciudadanos andaluces.

Así pues, iniciamos el nuevo año con incertidumbre política y económica, con un Brexit malo y negativo para la UE, para España y, de consecuencia, para Andalucía, con un cierto deterioro de la imagen de España en Europa que ya se palpa tras la sentencia del Tribunal de Luxemburgo sobre Oriol Junqueras, con los aranceles de Trump a productos europeos que ponen en riesgo unos 500 millones en exportaciones alimentarias desde Andalucía, sobre todo de aceite y aceitunas.

Estas y otras circunstancias, a las que se suma un contexto realmente cambiante desde el punto de vista nacional e internacional, hacen difícil pronunciar previsiones certeras. Sin embargo, no quiero terminar emborronando esta página de pesimismo y termino señalando que en este camino árido donde transita nuestra economía, el encomiable esfuerzo de nuestros empresarios está bordando una labor y una gestión basada en valores, donde sostenibilidad, digitalización y, sobre todo, bien común encienden de esperanza nuestro horizonte.

El objetivo del bien general, en casi todos los casos, hace levantar cabeza y eso permite contagiar al entorno para encarar con optimismo este 2020, que necesita del esfuerzo de todos para que podamos vivir en un mundo mejor.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com