En la actualidad el valor de una empresa no es solo el resultado de una contabilidad saludable. Los nuevos inversores se acercan hoy a las empresas, a diferencia de lo que solía acontecer en décadas anteriores, no a llevar a cabo solo un análisis de los estados financieros. Otros valores que hoy se examinan son la sostenibilidad medioambiental, la salud, la seguridad y la gestión del personal, la observación de los derechos humanos y la ausencia de corrupción. De hecho, muchos empresarios, conscientes de esta nueva visión que tienen que transmitir sus empresas, se esmeran en la realización de los informes y memorias anuales, mejorando forma y contenido para trasladar de manera clara y concisa nuevas informaciones que no se limiten a resultados económicos o cuantitativos de producción y expansión.
Es lo que venimos comprobando desde nuestro observatorio empresarial en Agenda de la Empresa en los últimos años. A medida que las empresas andaluzas incorporan este valor añadido a sus estrategias, la consecuencia es el crecimiento de competitividad en el mercado.
La Agenda 2030 y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los propios objetivos está incorporando, sobre todo, sostenibilidad en todos los procesos y acciones. De hecho, la sostenibilidad es la que asegura el éxito de las empresas a largo plazo; por ello, pymes y grandes empresas están integrando en sus modelos de negocio estrategias que garanticen la preservación de los recursos. Esta nueva hoja de ruta inicia preguntándose cuáles son los impactos positivos y negativos que generan como organización, sabiendo que estos últimos se pueden disminuir, reducir o compensar; a continuación, implementando los ODS en todos los procesos, es sistemático que se encuentren incluso nuevas oportunidades de negocio.
La nueva visión de las empresas, en su día a día, es triple: ambiental, económica y social, la suma de las tres mejora la competitividad, la rentabilidad y contribuye a la justicia social y a la conservación ambiental del Planeta.
Como cada año, otro diciembre más, editamos el Directorio Empresarial de Andalucía, para ofrecer una radiografía de nuestro tejido empresarial. Son empresas con las que hemos mantenido conversaciones, a las que hemos acompañado en su crecimiento, en sus dificultades, en sus experiencias y en su expansión en estos años, otras son nuevas, recién nacidas. Algunas de las que estaban en años anteriores han cerrado, pero en general la salud de nuestro tejido productivo es buena. No cabe duda de que en un contexto de desaceleración, en el que es fundamental la estabilidad política, la preocupación entre los empresarios es máxima ante el temor de que se forme un gobierno ni estable ni moderado, y que sus reformas dañen a la vida de las empresas y de consecuencia a la economía en general.
Son muchas las asignaturas pendientes que tiene que liderar el Gobierno de España para seguir avanzando: apuesta por la formación, por la internacionalización, por la innovación y digitalización, por la sostenibilidad y por una tributación más competitiva que permita la creación de empleo.
Estas empresas son el motor del crecimiento en nuestra tierra y este Directorio, nuestro homenaje a su labor, constancia y esfuerzo.