Los pasos que se van dando cada día en todo el mundo para la consecución de los ODS son lentos pero acertados, dándonos la certeza de que poseemos la mejor hoja de ruta que los seres humanos hemos tenido en los últimos siglos. La Agenda 2030 es una agenda esperanzadora que nos permite dirigir el destino de nuestro planeta hacia un mejor horizonte. Uno de estos pasos nos lo confirmaba recientemente el informe de la International Telecommunication Union (ITU), que es la agencia de las Naciones Unidas especializada en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), que lanzaba, además, la campaña #ICT4SDG (del inglés Information and Communication Technology for Sustanaible Developmental Goals), para subrayar la importancia del uso de las TIC como principales aliadas para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Este es, precisamente, el tema que llevamos en portada en nuestra edición de julio/agosto, convencidos también en nuestra redacción del impacto positivo que estas tecnologías disruptivas tienen y tendrán sobre el ambiente y sobre el comportamiento sostenible de la sociedad, como afirmaba recientemente el Foro Económico Mundial, sosteniendo que el 84% de las soluciones IoT se han convertido en indispensables para resolver cuestiones sociales y ambientales; desde la gestión de la movilidad en las ciudades, a la monitorización de la polución atmosférica, a la monitorización smart de las redes esenciales de energía eléctrica, a los servicios hídricos en todas las fases del ciclo integral del agua, y en todas aquellas iniciativas relativas al campo de la economía circular.
La innovación tecnológica al servicio de las Smart Cities aporta capacidad de conexión, de transferencia de datos, de control de contadores y, ahora, con el 5G, una mayor velocidad, una mayor eficacia de funciones y una mayor capacidad de transmisión.
Las ciudades no serán inteligentes si el tipo de desarrollo urbano no está basado en la sostenibilidad, si no responden adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas y ciudadanos, no solo en el plano económico y operativo, sino también en lo social y ambiental.
A través de buenas prácticas, mostramos en esta edición cómo las soluciones tecnológicas son las principales aliadas para la consecución de los ODS, ya que las herramientas digitales no solo hacen más eficiente la operatividad y los negocios en espacios urbanos, sino que son un paso importante para conseguir ciudades más resilientes, avanzadas y sostenibles.
En definitiva, la interconexión mundial, gracias a la digitalización, ofrece un gran potencial para acelerar el progreso humano, reducir la brecha digital y desarrollar sociedades del conocimiento sostenibles. La infraestructura y los servicios que producen las TIC permiten a los países participar en la economía digital y aumentar su desarrollo y bienestar económico general y su competitividad.
De hecho, muchos de los países menos desarrollados están registrando progresos en el cumplimiento del ODS 9, con efectos significativos en las esferas de la inclusión financiera, la reducción de la pobreza y la mejora de la salud, gracias precisamente al avance tecnológico, un verdadero aliado para que otro mundo sea posible.