Con la cantidad de personas que constantemente viajan por placer o por negocios por todos los rincones del mundo, es fácil deducir que la actividad turística puede generar importantes impactos positivos o negativos en muchas regiones del planeta. Cuando hablo de efectos positivos me refiero no solo al intercambio cultural, sino también a generación de riqueza y creación de empleo. Los negativos pueden derivar de la fuerte presión que puede esta masa de visitantes ejercer sobre el consumo, los recursos naturales o la biodiversidad. Aunque esté de moda hablar de ecología y ecoturismo, no siempre estos conceptos vienen acompañados de una comprensión y de una visión global ética de los destinos en sus tres dimensiones: económicas, sociales y ambientales, y no me refiero solamente por parte del visitante sino, también del que acoge, sea cual sea su papel.
En esta edición de Agenda de la Empresa hemos querido mostrar buenas practicas de turismo sostenible y la contribución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al sector. Si, por una parte, el futuro del turismo pasará por la Inteligencia Artificial, la web semántica, el Internet de las Cosas, los “bots”, el reconocimiento facial, la blockchain o los wearables, por otra parte, será la implementación de los ODS en todas las actividades que componen el desarrollo turístico la que dará excelencia y competitividad a un sector tan trascendental para la economía.
Todos los elementos que componen la industria del turismo, desde las infraestructuras a los servicios, a la comunicación, al transporte, a los productos que se consumen, tienen la posibilidad de ser sostenibles. Andalucía, cuya industria turística, que tanto aporta a nuestro PIB, tiene que seguir avanzando y aprovechar la innovación, los avances digitales y los ODS para mejorar la inclusión, la gestión eficiente de los recursos, la sensibilización de los viajeros, la capacitación de los operadores, la eficiencia energética y la conservación de nuestro espectacular ecosistema.
Sin embargo, antes o después, la sostenibilidad será el valor fundamental que los turistas apreciarán a la hora de decidir sus destinos.
Por otra parte, cada uno de nosotros tendrá que asumir un modo responsable a la hora de visitar otros países, respetando y no deteriorando el ambiente natural y la cultura del lugar, sosteniendo así y contribuyendo al crecimiento económico y al bienestar de la población local donde nos alojemos. Es decir, viajar y disfrutar sin destruir ni ensuciar.
Es la concepción contraria del turismo predatorio, que causa degradación. El nuevo modelo de negocios tendría que basarse en elementos tan esenciales como la participación de la población local en la actividad turística, es decir, todos somos responsables de la imagen que da nuestra ciudad o nuestra región al viajero que nos visita, las administraciones publicas tienen que conciliar la compatibilidad turística con el ambiente y la sociedad del lugar y, por último, todos los operadores tienen que hacer una gestión racional que proteja los recursos naturales y el consumo sostenible. Elementos que no disminuirán, sino que aumentarán las oportunidades de negocio.
El turismo es la industria de la hospitalidad, hagamos todo lo posible por acoger de manera sostenible a nuestros huéspedes y respetemos la casa y el entorno de quienes nos acogen en otros países. También a través del turismo podemos hacer que otro mundo sea posible.
Manuel Bellido
hospitalidad