Un lector me escribía hace unos días una carta muy amable donde elogiaba el último trabajo que hemos editado en abril sobre la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. Antes de concluir su carta, este lector hacía mención del atentado de Madrid y se preguntaba: ¿Qué hemos hecho para merecernos el odio de estos terroristas?

Quisiera responderle a este amigo lector que nada tiene que ver lo que hemos hecho, sino lo que somos.

Los radicales islámicos, guiados por uno, diez o cien Bin Laden, han declarado hace mucho tiempo la guerra a las democracias occidentales. Nosotros podemos, si queremos, no sentirnos en guerra y protestar detrás de las pancartas porque el gobierno de Aznar se posicionó con Bush y Blair en el conflicto de Irak, hecho que evidentemente ha tenido sus repercusiones. Y muchos españoles que han votado a Zapatero han creído que, sacando las tropas de Irak, nuestro país se quitaba definitivamente de encima el problema.

Creo que, a estas alturas y repasando algo de Historia, nadie se engaña. El problema es más complejo. Al Qaeda no mira a nadie a la cara, no hace distinción entre gobiernos de derecha o de izquierdas, no le interesa si las decisiones se toman amparadas o no por la ONU. Zapatero, a pesar de haber tomado la decisión de traerse las tropas a casa, seguirá bajo la presión del chantaje terrorista y arriesgando, antes o después, nuevos atentados, porque esos asesinos no tendrán nunca clemencia con Occidente. De hecho Al Qaeda ha pedido a España que retire también las tropas de Afganistán, amenazando que, de no hacerlo, convertirá nuestro país en un infierno. ¡Qué advertencia!

Para ellos, nosotros somos el enemigo desde hace siglos y nos atacarán hasta que nos venzan o hasta que los venzamos nosotros, porque habremos conseguido que se hagan inofensivos. A la mañana siguiente del 11 de septiembre, destruidas las Twin Tower, se tambaleaba el sueño de la pacífica expansión de la democracia a ciertos pueblos islámicos. Igualdad, elecciones, libre mercado, estado de derecho e intercambio son conceptos que para ciertas mentalidades extremistas son inexistentes.

El problema no es de ayer sino de anteayer. No olvidemos que el atentado de Nueva York se estuvo preparando mucho antes de que Bush llegara al poder, cuando guiaba EE.UU Bill Clinton, el presidente más disponible para la paz que ha tenido ese país.

Tiempos difíciles éstos que tendrán que ser conducidos desde la sensatez y no desde la demagogia o la precipitación, sin perder la memoria histórica y actuando desde la unidad y el diálogo entre los demócratas.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com