Nada que objetar a quien argumenta que la información está desfondando barreras seculares y está provocando que la tierra se vaya convirtiendo cada vez más en un poblado global, un mundo interconectado que, sin embargo, a vista de pájaro está dividido y descompuesto en piezas multicolores muy diversas: el área de las democracias occidentales, el África subsahariana, América latina y las grandes áreas de denominación islámica, hindú y budista. Un puzzle que difícilmente encaja hoy dentro de un mismo marco.

Tensiones y oposiciones condimentadas, a veces, por separatismos, fanatismos y terrorismos, explosivas y fatales para la entera humanidad, como hemos comprobado con la salvajada del atentado de Madrid.

Mientras combatimos estos ‘ismos’ con los medios a nuestro alcance, nos afianzamos en la idea de que el verdadero y gran desafío de nuestro siglo es sin duda el diálogo entre los hombres, las culturas y los pueblos: un reto que a veces se nos hace tan cuesta arriba que nos hace pensar que es superior a nuestras propias fuerzas, mas, ¿en qué se basa la esencia del ser humano, sino en el hecho de su apertura hacia algo más elevado? En el fondo todos sabemos que este diálogo es la única contribución constructiva a un mundo que se nos presenta como una realidad global, conducida por el bien o por el mal en un mismo camino. Desgraciadamente y a menudo salta a la vista sólo la fragmentación, la no-comunicación, la incapacidad de reconocer con sencillez, en las relaciones entre hombres, grupos y pueblos, los valores y los significados del de enfrente.

En este observatorio humilde y discreto, pero serio y riguroso, que es Agenda de la Empresa Andaluza, hemos querido afrontar este mes una reflexión sobre la necesidad de este diálogo. Hemos encontrado en la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, creada en 1999 entre el Reino de Marruecos y la Junta de Andalucía, un laboratorio de paz y tolerancia entre pueblos, culturas y religiones de la cuenca mediterránea.

Esta Fundación, a la que más tarde se adhirieron el Centro Peres por la Paz, la Autoridad Nacional Palestina y otras personas e Instituciones de Israel, ha despertado nuestro interés, porque está propiciando, a través del conocimiento mutuo y el intercambio de ideas y experiencias, una buena base para la cooperación, el progreso y el desarrollo socioeconómico de estos pueblos.

Un ejemplo a imitar que no va en la línea de esos parásitos oportunistas, charlatanes ávidos de poder, que, haciendo uso de lo “políticamente correcto”, saben explotar la palabra Paz para ganar votos y alcanzar el poder, mientras que con sus maneras mafiosas y sus actitudes ambiguas absuelven sin escrúpulos el odio y la bestialidad.

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo está mostrando un camino con hechos y está dando ya muchos frutos. La receta no puede ser otra que la convivencia y la unidad que hace del fin un ‘fin’.

Andalucía, una vez más, es cuna para el diálogo.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com