Tengo ante mí las instantáneas de este verano: retratos de familia en días ociosos, mientras descubría más y más el embrujo andaluz. En la memoria y en las fotos están grabados los recuerdos más emotivos de unas vacaciones que sin afluencias turísticas me han aliviado del cansancio acumulado durante el año. Como diría José Luis Sanpedro “No sé si algunos males se curan viajando, pero seguro que se alivian”. Mi hija ha aprendido más geografía y yo he dejado de pensar que estas tierras andaluzas situadas entre continentes y mares tienen recursos neoeconómicos y geoestratégicos no del todo aprovechados.
Y lo cierto es que no podemos negar que seguimos creciendo y modernizándonos en nuestra economía. El paro sigue siendo nuestra asignatura pendiente, pero el progresivo cambio tecnológico es lo que definitivamente está dando esperanzas a la transformación de nuestra estructura productiva y este esfuerzo que se está realizando tanto a nivel público como privado son pilares básicos para llevar por buen camino una política económica de crecimiento sostenible que antes o después terminará generando más y mejor empleo.
Las regiones más dinámicas son las que en estas décadas han creado dentro de sus estructuras empresas dedicadas a la investigación y a la innovación. Éste es probablemente el camino. Sin querer reproducir modelos único, ni crear islas tecnológicas en medio de desiertos de subdesarrollo.
La Administración Andaluza tiene esta inquietud y se habla de un modelo de desarrollo tecnológico. Gaspar Zarrías, Consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, nos decía en la entrevista que “Andalucía se está conectando a la red del progreso y del futuro”.
Pero el verdadero protagonista de este desarrollo es, sin duda, el mismo tejido empresarial. Las PYMES andaluzas no pueden por sí mismas generar procesos de I+D, pero sí pueden abrirse a esta nueva mentalidad, buscar asesoramiento y financiación (para algo servirá el IFA y el Plan Nacional de I+D y los Programas Operativos de la Unión Europea, etc.), perder complejos y apostar por la modernización que significa calidad y competitividad.
Entre todos tenemos que mejorar el factor empresarial.
Septiembre nos abre las puertas al nuevo curso y otoño no sólo hará caer las hojas de los árboles, tendrán quehacer también todos los obstáculos que impiden una mayor competitividad de nuestras empresas.
En este número de septiembre, y con nuestros contenidos queremos seguir aportando ideas e instrumentos. En la sección “Estrategias” nuestro experto en Marketing nos cuenta el por qué las Empresas tienen que innovar. A Don “Contradictorio” le contamos en nuestra sección “Control de Calidad” la necesidad que tienen las empresas instaladoras de aplicar la UNE-EN-ISO 9002. Y a propósito de empresas instaladoras, dedicamos un artículo a EPYME Sevilla.
El artículo “10.000 Empresas de Andalucía” es un magnífico análisis de la economía andaluza, en los últimos años.
Hemos entrevistado también a Manuel Marchena, Director General del Patronato de Turismo deSevilla y en la “Opinión económica” Bartolomé Pérez comenta la reforma del I.R.P.F.
Hemos preparado una encuesta y nos gustaría que colaborases con nosotros respondiendo a sus preguntas, es un intento de mejorar AGENDA DE LA EMPRESA. Buen aterrizaje para todos, y que la vuelta al trabajo nos impulse a mejorar en todo. Nuestras empresas y Andalucía se lo merecen, no podeos conformarnos con menos.