Érase una vez una región de fábula donde los habitantes vivían en ciudades bien urbanizadas y con muchos jardines, sus empresarios trabajaban en Polígonos Industriales y “distritos económicos” con buenas naves y excelentes oficinas a buen precio y muchos servicios; todos los edificios eran inteligentes, las redes de carreteras con un firme en perfectas condiciones y una amplitud excelente, conectaban todas las ciudades como una gran tela de araña. El buen sistema de transportes públicos se completaba con trenes de alta tecnología, cómodos, limpios y rápidos, aeropuertos modernísimos y magníficos puertos en todo el litoral.
Nos gustaría a todos que este cuento fuera el nuestro y que esta región de fábula fuera Andalucía, pero no en todo es exactamente así. Seguimos teniendo más de una carencia. Quizás otras regiones están en mejores condiciones que la nuestra, aunque no sean de fábula, y son precisamente todas esas infraestructuras las que ayudan o frenan el desarrollo económico de una región. Pero no conviene quejarnos ni compararnos, ya que cuestionarse tanto es una pérdida de tiempo y resta operatividad.
Lo cierto es que existen zonas industriales, edificios, carreteras que se evocan más fácilmente. Quizás porque en su conjunto responden a exigencias de calidad. Y es que las características físicas, objeto de diseño y la morfología y la apariencia de estas zonas, de las redes de comunicación, de los mismos edificios y naves que se apilan en los polígonos destinados a actividades empresariales, son elementos fundamentales para determinar y configurar el progreso. Las formas, las estructuras, la gestión de calidad en su construcción y el confort, proporcionan o niegan la luz a los encuentros e intercambios comerciales que se desarrollan en dichos lugares. Los edificios, los polígonos industriales, las calles, los centros comerciales, son escaparates públicos donde las empresas exhiben lo que ofrecen a través de las formas.
El progreso sigue naciendo del suelo y se configura, se edifica y se trata a través de obras públicas. Así el occidente andaluz ha ido creciendo gracias a ese primer impulso de 1992 y a esa apuesta de compensación intraautonómica en torno a la ciudad de Sevilla, mientras que el oriente sigue teniendo carencias de conexiones con las grandes rutas, entre todo el litoral, y del litoral hacia el interior, donde actividades turísticas, industriales y una rica agricultura hacen necesaria una mayor y mejor comunicación.
La administración lo sabe, y no dudamos del esfuerzo que realiza en confeccionar unos presupuestos de integración territorial y cuyas inversiones sirvan como elementos dinamizadores del desarrollo económico. El camino se ha empezado a recorrer, sin prisa pero sin pausa, y así nos lo cuenta el Consejero de Obras Públicas Francisco Vallejo, en la “Entrevista del mes”. También siguiendo esta línea, uno de nuestros reportajes lo dedicamos a la Empresa Pública de Suelo de Andalucía. Em otro artículo recogemos las últimas novedades de RENFE, y una empresa privada dedicada a construir aves sociales para Pymes complementa la reflexión sobre nuestras infraestructuras y nuestro transporte.
Nos hemos dado un salto a Jaén y le hemos pedido a su Alcalde, Alfonso Sánchez que nos hable de esta ciudad, cada vez más en alza y cada vez más turística.
Y, como siempre, a través de nuestras secciones fijas hemos querido con nuestros expertos, mirar lo que es importante y positivo, seleccionarlo, extractar su esencia y trasmitirlo. Esperemos que también esta vez lo hayamos conseguido.
Agradecimiento
Muchísimas gracias a los centenares de empresarios que ya han respondido a la encuesta que publicamos el mes pasado, es un apoyo inestimable que nos ayudará sin duda a mejorar día a día. Nos ha sorprendido la respuesta masiva y la calidad de las observaciones; lo que nos da a entender que AGENDA DE LA EMPRESA ANDALUZA es ya la revista de todos los empresarios andaluces.