Vuelvo de una exposición del denominado arte moderno. Esto ponía en el catálogo que me han regalado a la entrada. En apenas diez minutos he visto toda la exposición. Los cuadros no solo no me han dicho nada, sino que además han dejado un sentido de vacío en mi interior. Mientras volvía a mi despacho me preguntaba: ¿el arte no progresa? Pensaba en lo que supuso el Renacimiento donde arte y pensamiento renovaron el continente europeo.
Un arte que llevaba consigo la luz, la vida y los valores de la Antigüedad y de los Clásicos. Pocos cuadros del Renacimiento no me han proyectado otras realidades, abriéndome horizontes en otros campos.
Recuerdo la primera vez que, en la Galería Borghese de Roma, contemplé un óleo sobre lienzo pintado por Tiziano que se titula “Amor Sagrado y Amor Profano”.
Tiziano pinta a dos mujeres sentadas al borde de una fuente mientras Cupido remueve las aguas que contiene dicha fuente. La mujer de la derecha aparece vestida con sus mejores galas mientras que la de la izquierda se presenta desnuda. La vestida lleva en sus manos una vasija de oro y un ramillete de rosas mientras que su compañera sostiene en su mano izquierda una lámpara de aceite encendida. Sorprendentemente la figura desnuda representa el amor sagrado y la vestida el profano. La vasija llena de oro y gemas simboliza la efímera felicidad de la Tierra, la lamparilla con la llama ardiendo de Dios simboliza la felicidad eterna del Cielo. Muchos han interpretado el cuadro como la representación del amor celeste y el amor humano, interpretación neoplatónica. Teoría del amor y la belleza de Marsilio Ficino, un sacerdote y filósofo renacentista nacido en Figline Valdarno, cerca de Florencia, que encabezó la famosa Academia platónica florentina artífice del renacimiento del neoplatonismo.
El arte es siempre actual cuando es verdadero arte. Poco importa que tenga años o aun siglos de antigüedad. Nos hace degustar el pasado en cuanto presente. El cuadro de Tiziano se ve claramente como atraviesa el tiempo y nos hace meditar, despertando la vocación sobrenatural del alma humana. El verdadero amor tiene de ambos, de terrenal y de celeste. El amor entre el hombre y mujer, se convierte en imagen del amor absoluto y evidente con que Dios ama al hombre. También esto encontré en el cuadro de Tiziano. La exposición que acabo de ver solo ha despertado en mí el aburrimiento.

por @mbellido

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