Llueve sobre las calles solitarias, sobre las macetas que cuelgan de los balcones, sobre las azoteas. Llueve y, esta agua constituye hoy, ese elemento que rompe el silencio de la ciudad, un sonido a veces intenso, a veces, agradable y dulce, a veces rítmico cuando gotea sobre el poyete de la ventana. El agua siempre me dio el sentido de la abundancia y la lluvia el sentido de la bendición. El agua es símbolo y así lo descubro en la poesía, en la narrativa o en los textos sagrados. En la Biblia, la palabra hebrea majim, «agua», aparece más de 580 veces en el Antiguo Testamento, e hydor equivalente griego lo encuentro ochenta veces en el Nuevo Testamento. Son más de 2000 versículos que están empapados de agua. Una verdadera constelación de realidades que giran en torno a este elemento tan precioso, en ríos, lagos, mares, pozos, cisternas, manantiales, corrientes y sobre todo en la lluvia. También el agua está presente en verbos como beber, tener sed, calmar la sed, verter, sumergir, («bautizar» en griego), lavar, purificar. Por eso cuando cae la lluvia, me vienen a la mente una cascada de pensamientos e imágenes relacionadas. Casi todas me hablan del sentido de la abundancia y de la bendición. La lluvia cae para todos, como el sol sale para todos. Es como si el Creador, que es el Padre de todos, se preocupara por cada criatura sin importar el mérito. Esta mañana leyendo un pasaje del Evangelio de Mateo que citaba una frase de Jesús me lo refería: «Tu Padre que está en el cielo hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos”. No pude no recordar al mismo tiempo otra frase, más irónica y traviesa pero que también escondía una amarga verdad. Una frase de un famoso juez inglés, Lord Bowen: «Llueve sobre los justos y llueve sobre los injustos; pero sobre los justos más, porque el injusto le roba el paraguas”. En realidad, yo lo traduciría así: “por qué le quita el agua necesaria para vivir”. Es lo que le pedimos a nuestros gobernantes, que gestionen esta crisis con rectitud para que nunca nos llegue a falta el “agua necesaria para vivir”.