Miro a través de mi ventana. Las calles están vacías, unas calles que siempre han vivido el bullicio de gente que iba y venía, de estudiantes haciendo corrillo, de niños jugando y abuelos cuidándolos, calles que fueron un verdadero enjambre de gente y de coches. Un enjambre ruidoso, hecho de sonidos y de conversaciones indescifrables. Sin embargo, hoy el silencio lo invade todo, un silencio respetuoso, un silencio de funeral. Veo el vacío que produce la ausencia de vida. El vacío de un tiempo que se ha parado, como si pacientemente se hubiera sentado a esperar, con la esperanza, quizás, de llenarlo de nuevo o con la resignación de no llenarlo nunca más. Miro al cielo y suplico una promesa. La fantasía me ayuda y una imagen repentina resucita una comunidad de personas más vivas que nunca, pero también más solidarias, con la mirada purificada por unas lágrimas que han rodado sobre el rostro de muchos ciudadanos durante este largo tiempo de cuarentena. Las calles son el espejo del estado de ánimo de sus habitantes y hoy reflejan espera.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com