Quizás sea porque me estoy haciendo mayor. O, tal vez, porque este curso ha sido particularmente intenso y necesito más que nunca unas buenas vacaciones. Lo cierto es que desde hace días no hago otra cosa que hablar con colegas y amigos de programas de descanso y ocio para este verano. Me ha sorprendido saber que muchos empresarios amigos, que habitualmente se quejan en su trabajo diario de los fastidiosos y constantes correos electrónicos y de la esclavitud del teléfono, se llevarán el portátil a la playa o a la montaña y por supuesto no desconectarán su móvil que permanecerá encendido durante todas las vacaciones.
He querido interesarme algo más por esta conducta original de los empresarios y he encontrado una valiosa información en un estudio anual que realiza Ups European Business Monitor, realizado por una empresa independiente de investigación de mercados, la prestigiosa Taylor Nelson & Sofres. En ese estudio se constata que el 77% de los altos ejecutivos de las empresas europeas utiliza el teléfono móvil para permanecer en contacto con sus empresas durante todo el periodo de vacaciones, el 48% de ellos prefiere el correo electrónico y el 17% utiliza el teléfono fijo.
El estudio detalla que son los empresarios belgas lo que están a la cabeza en la utilización del móvil durante las vacaciones, seguidos muy de cerca por los italianos y los españoles.
Otro aspecto que he descubierto también en estos días es que la mayor parte de los empresarios proyectan las vacaciones con la misma lógica organizativa que emplean en su trabajo diario: fijan horarios de salida y llegada, medios, visitas, presupuestos, etc. Preparar las vacaciones para muchos es puro y duro trabajo. Alguno me ha llegado a confesar que sus verdaderas vacaciones son el proyectarlas, con todos los detalles. Ahí empiezan, y muchas veces terminan, por mil circustancias, cuando ya han llegado a sus metas de descanso. Una de esas causas es el síndrome de la omnipotencia que padecen algunos: más se alejan más se sienten indispensables. Hasta son capaces de volver una semana antes para escuchar decir a los colegas: ¿para qué has vuelto tan pronto? ¡Aquí todo va estupendamente!” ¡Ojalá ese no sea nuestro caso y podamos apurarla hasta el útimo minuto!
La cuenta atrás ha terminado y después de once meses de espera finalmente han llegado esos días de descanso que tanto hemos ansiado. Los viajes, la playa, la montaña, las lecturas y todos aquellos placeres que reservamos para esta época estival están ya al alcance de la mano. Disfrutémoslo a fondo ya que a la vuelta probablemente nos toque fijar de nuevo el rumbo, porque el rumbo habrá cambiado.
Un viejo profesor ya jubilado y buen amigo despidiéndose al teléfono antes de salir de viaje para disfrutar de unos días de descanso en su pueblo natal me decía a propósito de vacaciones: no te olvides que la relajación es la preparación para el alto desempeño.
Buena relajación a todos.