Sucede en Paris, es el 29 de mayo de 1913. En el Théâtre des Champs-Elysées, la compañía de Ballet ruso de Sergej Djaghilev estrena una obra. La música es de Igor’ Stravinskij dirigida por Pierre Monteux y la coreografía es del mítico Nijinskij. El titulo de la obra es “Le Sacre du printemps”, La consagración de la primavera. Han pasado 100 años desde que en aquella noche algo mágico que cambió el curso de la música, del arte y del ballet. El estreno fue un desastre y el rechazo por parte de un sector del público y de la crítica fue clamoroso, ni se comprendió la música ni la coreografía. Muchos no entendían el significado de esos ritmos poéticos y obsesivos que Ígor Stravinski con gran sabiduría había impregnado la obra. Con los años sin embargo se fue convirtiendo en una de las obras más apreciadas por el publico de todo el mundo. Una obra de arte destinada a la inmortalidad.
27 años después de ese estreno, en 1940, Walt Disney escogió esta música para la película Fantasía Se trataba de narrar musicalmente la evolución de los seres vivientes sobre una Tierra, que tenía apena mil millones de años. La música lleva de la mano a las imágenes de Disney, mostrando el nacimiento de la Tierra y de la vida, las peleas de los enormes dinosaurios y su posterior desaparición o el surgimiento de las montañas. Hoy en el mundo se han dado cita multitud de citas para celebrar estos 33 minutos de música que siguen y seguirán sorprendiendo y raptando los sentidos.