Es de Karl Popper la idea de que si bien la experiencia no permite demostrar la verdad de ninguna teoría, una teoría que contradiga la experiencia debe ser falsa. Y eso nos da la tranquilidad de que aunque no podamos alcanzar la luz en todas las cuestiones y ciscunstancias a través del análisis de la experiencias, al menos en ocasiones podremos detectar errores y esto podría hacernos progresar.

Si tuviéramos que entrar en esta dinámica de progrear detectando errores no tendríamos más remedio que comprobar que aunque sigamos vendiendo la idea de una proyección ideal de Andalucía en el mundo, la realidad es otra y en términos económicos existe todavía un cierto inmovilismo en el tejido empresarial andaluz en cuanto a la internacionalización de sus productos y su apertura a los mercados exteriores. Se nos dice a menudo desde otras regiones que en Andalucía llevamos muchos años mirándonos el ombligo, cuando en realidad fuimos pioneros y expertos en exportación con productos tan nuestros como el Jerez, y ahora poco o nada cogemos esos “prismáticos de la internacionalización para ampliar horizontes de mercado. Exportamos algo y sobre todo servicios, venta de bienes cuyo valor se registra en la balanza de pago como ingresos procedentes del mercado mundial que es el Turismo, pero otros sectores como el industrial cuya base estructural además no termina por ampliarse de acuerdo a nuestras necesidades no exporta o exporta poco. Hacen falta más empresas. Los teóricos dicen que las economías volcadas en el sector servicios son más vulnerables en situaciones de crisis internacionales. Esta teoría no contradice la experiencia ya que en innumerables etapas de crisis económicas el sector servicios es el que más puestos de trabajo ha destruido.

Euroescépticas o europeístas, muchas empresas andaluzas y ya con la moneda única en vigor se van a encontrar con unasituación de partida algo desfavorable, sobre todo por la pérdida de clientes que van a sufrir a favor de esa competencia de superempresas europeas más avanzadas en innovación y más consolidadas en mercados internacionales.

Adelantarse ahora no es mal asunto. A muchos empresarios les ha bastado darse alguna vuelta por alguna Feria internacional, para entender que producían algunos bienes con menores costes que otros países y que incluso podían vender esos productos a precios más caros en otros mercados que en el mercado interior, sin olvidar por supuesto que los costes de producción y precio de venta no son los únicos parámetros para medir la competitividad estructural necesaria para exportar íntegra en esa mayor capacidad de venta otros motivos como la calidad, ka innovación, la logística o los servicios posventa.

No podemos permitirnos el lujo de no mirar, aunque sea de reojo la marcha de la econmía mundial; nuestro mercado natural ha dejado de ser sólo Andalucía o el resto de la Península, hoy es la Unión Europea, que absorbe más de dos tercios de las exportaciones de los países que la integran.

Mercados cautivos, productos locales y negocios propios son ya cosas del ayer. Hoy independientemente de dónde esté nuestra empresa debemos preguntarnos qué fabricar, dónde hacerlo, con qué proveedor debemos producirlo y en qué mercado queremos venderlo y todo ello en clave mundial.

Tengo aún en los ojos de la memoria la obra Esperando a Godot de Bekket, donde sobre el escenario dos personajes dialogan mientras esperan a otro, Godot. Hacen incluso plane, pero no se mueven. Terminan, diciéndole uno al otro, “¿Nos vamos?”. El otro responde “¡Sí, vámonos!”. Pero baja el telón y los dos siguen inmóviles. En este tablero de ajedrez de la economía mundial todos tenemos que mover ficha y los cambios que se están produciendo no pueden dejarnos indiferentes ni inmóviles. Y aunque, como decíamos al principio, la experiencia no permite demostrar ninguna teoría y ésta sí contradice a la experiencia es falsa, hagamos un esfuerzo por demostrar que se puede cambiar rumbo, y que el made in Andalucía puede llegar a muchos rincones del planeta. Esa teoría derrotista de que lo que viene de fuera es mejor es ya hora de que cambie. Afortunadamente contamos con herramientas como la que ha puesto a disposición del tejido empresarial la Junta de Andalucía, hoy bajo la competencia de la Consejería de Economía y que es la Comercializadora de Productos Andaluces. Éste y otros instrumentos nos pueden ayudar no sólo a desear sino también a optar.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com