La Unión Europea ambiciona construir grandes redes de transporte en todo el continente, de fácil acceso para todos los ciudadanos, que permitan circular mejor y de forma más barata, vertebrar el territorio europeo para evitar la concentración de la riqueza y de la población sin olvidar, tender puentes a la Europa del Este, pero hasta ahora, las redes nacionales, ya sean de transporte, energía o telecomunicaciones se han desarrollado a espaldas de la nueva dimensión comunitaria y la misma Unión Europea, aparte de las buenas intenciones, está aportando dotaciones muy discretas a su desarrollo, a pesar de que este sector de la economía representa el 7% del PIB de la Unión.
Acontecimientos, como la última huelga de camioneros en Francia, ponen de relieve la trascendental importancia del transporte de hombres y mercancías y los graves problemas que suscita cuando éste no funciona.
Trasladar geográficamente, con la mayor eficacia, personas y mercancías desde sus lugares de residencia o puntos de producción hasta los puntos de trabajo y de consumo es, sin duda, uno de los retos más importante que nuestra sociedad se tiene que plantear a las puertas del siglo XXI.
En España, los medios de comunicación existentes, en términos de transporte, aún no son suficientes para garantizar una fluidez óptima de los intercambios en el marco de la península y en conexión con el exterior, aún cuando la aportación del sector es considerable en el conjunto de la economía; sólo en Andalucía el sector transporte aporta 700.000 millones de pesetas cada año.
Los indicadores económicos disponibles hasta la fecha son positivos y señalan la buena marcha del sector, tanto referido a tráfico aéreo, de mercancías y pasajeros, con variaciones interanuales del 34.5% y 9,9% respectivamente, referidos al primer trimestre, como los relativos al tráfico marítimo, con datos referidos a los cinco primeros meses del año, de pasajeros (6,3%). Desciende en cambio, el tráfico marítimo de mercancías (5,1%).
En cuestión de normativa el sector de transportes ha estado bastante descuidado por parte de la Administración y a cuentagotas se aportan soluciones para desarrollarlo; por poner un ejemplo, sólo ahora ha salido a la luz un Plan de Mejora del Transporte por carretera, de viajeros y mercancías donde se pretende, desde la Dirección General de Ferrocarriles y Transportes, por Carretera, flexibilizar no sólo el régimen de acceso a los mercados sino también facilitar el crecimiento de las empresas que actualmente operan en el mismo.
Andalucía, como el resto de España, se está enfrentando a las dificultades y a las transformaciones por las que atraviesa el sector. La Administración Central y Autonómica hacen un esfuerzo constante para acomodar el sector a las exigencias de cada momento del mercado y así facilitar a los ciudadanos y a los empresarios el desarrollo de su actividad comercial, pero a menudo se desconoce totalmente de qué medios e infraestructura, implicados en el movimiento de personas y mercancías, disponemos en nuestra tierra para materializar todas nuestras exigencias de desplazamientos y comunicación.
Con este número de AGENDA DE LA EMPRESA queremos ofrecer a modo de pinceladas, una visión panorámica del sector transportes de nuestra región, como servicio de pasajeros y de mercancías. Apostamos así, a que el transporte en nuestra tierra vaya por buen camino. Feliz Navidad y nuestros mejores deseos para que 1998 traiga desarrollo y progreso al tejido empresarial andaluz.