“El hábito de la lectura es muy recomendable para la salud; el hábito de fumar es muy perjudicial, el peor” Es una frase que repite hasta la saciedad mi médico de cabecera. Hoy, además me decía que leer antes de dormir es la mejor receta que puede dar a sus pacientes. La lectura es una actividad que no tiene contraindicaciones. Una actividad que se puede practicar en cualquier momento. Coger un libro entre las manos, cuando nos metemos en la cama, antes de dormir es, además de un placer, un remedio con efectos muy positivos para nuestro bienestar físico y psíquico. Siempre he pensado que los buenos libros son óptimos compañeros de la vida, nos ayudan a olvidar preocupaciones y tribulaciones, nos conducen por otros mundos y contextos y nos ofrecen buenos consejos. Por la noche antes de dormir nos ayudarán a conciliar mejor el sueño. Leyendo nos sumergiremos en la trama de una historia, nos podremos reconocer en algún personaje… y todo eso nos relajará predisponiendo nuestro cuerpo y nuestra mente a dejarnos abrazar por Morfeo. Leer antes de dormir podrá incluso garantizarnos sueños serenos. ¿No era eso lo que pretendíamos cuando leíamos a nuestros hijos un cuento cuando los arropábamos en sus cunas antes de dormir?
Más lo hago, más me convenzo que leer antes de dormir es el mejor remedio contra el estrés. Después de un día lleno, apasionado, repleto de actividad, de imprevistos, vivido a ritmo frenético, no hay nada mejor que parar el tiempo y abstraerse sumergiéndonos en una buena lectura. Saber que podemos perdernos en otro mundo hecho de imaginación, a través de un libro, es el mejor antídoto, para salvar esos días que se han torcidos sin remedio y que merecen la pena dejar fuera de nuestra memoria.