Sindicatos para el siglo XXI

Nuestra conversación con el sindicalista Manuel Pastrana, secretario de UGT-A, una reflexión y un análisis de la situación andaluza y del papel de este sindicato en el siglo XXI

Agenda de la Empresa: ¿En qué aspectos considera que es mejorable el actual sistema de financiación económica de Andalucía?

Manuel Pastrana: Es manifiestamente mejorable la capacidad de mejorar ingresos con actividades de mayor valor añadido de la economía andaluza. Andalucía debe girar de aquí al 2013 a una menor dependencia de fondos ajenos a la propia comunidad y para ello debe desarrollar -según nuestro criterio- una mayor capacidad industrial más competitiva y en campos más relacionados con la tecnología, con las industrias medioambientales, con la industria aeronáutica en donde se está haciendo un gran esfuerzo. En definitiva, la industria de nuevo cuño, de nueva generación.

Además debe seguir reclamando mayores niveles de aportación por parte del Estado, para seguir avanzando al ritmo de la última década y, finalmente, Andalucía debe de pelear para que, a partir del 2013 la financiación europea no decaiga, para que aunque no se genere una dependencia total o significativa como ocurre ahora, sí que los fondos europeos sigan siendo un complemento de la propia economía andaluza.

A.E.: ¿Qué le falta y le sobra al sistema económico andaluz?

M.P.: Fundamentalmente le falta tener un tejido industrial más competitivo. Más acorde con la industria avanzada que ahora está liderando en el mundo. Y lo que le sobra es una tremenda dimensión del sector servicios. Si no somos capaces de desarrollar una industria competitiva corremos el riesgo, en un contexto de economía globalizada, terminar siendo en la UE una región prestadora de servicios, con todo lo que ello limita la propia capacidad económica y la propia capacidad de competencia.
A.E.: ¿Cuáles han sido las ventajas de la Unión Europea para el despliegue de la economía de Andalucía?

M.P.: Las ventajas han sido incuestionables. Si desde el 86 Andalucía no hubiese estado recibiendo los fondos europeos que ha recibido, difícilmente se habría producido el cambio económico y social de todo su tejido productivo, por una parte, pero también de todo el sector de las infraestructuras. Creo que los andaluces de hoy, en nuestra propia percepción de la economía y del modelo social, poco tienen que ver con los de hace unos años. Creo que lo hemos aprovechado bastante bien. Si nos comparamos con Portugal, con quienes tenemos proximidad geográfica y muchas similitudes, la evolución de nuestra economía es mucho mejor. Portugal ha recibido más fondos que Andalucía y, sin embargo, su situación económica en este momento deja mucho que desear. Andalucía ha gestionado mejor los fondos. Es más, ha sido de las mejores regiones europeas que lo ha hecho. Hemos tenido una gran capacidad de gestión de los fondos. No hemos tenido que devolver fondos, como han hecho otras regiones de manera significativa, por incapacidad o por una mala gestión.

A.E.: ¿Cómo ha afectado el euro al desarrollo de nuestra economía?

M.P.: Creo que en el inconsciente colectivo de la sociedad andaluza el euro se percibe como una moneda que nos ha llevado a un incremento de precios insoportables. Desde mi punto de vista el euro ha tenido dos efectos; el primero positivo en cuanto que nos permite estar en el marco económico más sólido que hay ahora mismo, y por otro tiene un efecto psicológico negativo en la población. De todos modos el estar dentro de la política económica comunitaria a través del euro ha sido y es fundamental para la economía andaluza. Nosotros no podríamos haber estado creciendo al ritmo de crecimiento de los últimos años ni se podrían haber producido las transformaciones que se han producido en Andalucía si no hubiésemos contado con una moneda con un nivel de estabilidad y de competitividad como la que ha representado el euro.

A.E.: ¿Cree que falta inversión en infraestructuras públicas de todo tipo?

M.P.: La verdad es que las necesidades siguen siendo muchas. Los avances son incuestionables. La política de infraestructura que ha diseñado el Gobierno andaluz hasta el 2020, consensuada en gran medida con las asociaciones empresariales y las sindicales a través de concertación social, creo que posee uno de los objetivos entre los más ambiciosos que posee hoy mismo cualquier región europea o española. El hecho de que no sólo las capitales de provincia sino todas las grandes ciudades andaluzas vayan a estar conectadas por la Alta Velocidad es un objetivo que va a suponer una nueva revolución en las infraestructuras del transporte.

Después hay que avanzar en las infraestructuras relacionadas con las posibilidades industriales, con la utilización de nuestras costas… Hay una serie de infraestructuras que siguen manteniendo handicap importantes que habrá que potenciar a lo largo de los próximos años.

A.E.: ¿Cómo describe la situación económica actual de Andalucía? De un lado y de otro se discute sobre si estamos o no en una crisis. Lo cierto es que algún problema hay. ¿Cree que el Gobierno andaluz tiene respuestas efectivas ante una crisis económica? ¿Estamos preparados para afrontar esa crisis?

M.P.: Las autoridades económicas dicen que sí. Los análisis de las entidades financieras apuntan también en ese sentido, al menos en que la situación económica andaluza está hoy en mejores condiciones de lo que ha estado nunca. Y puede afrontar una caída de la situación económica.

Nosotros creemos que en términos de empleo, de capacidad de crecimiento, de competitividad, en cuanto a generación de empresas autóctonas estamos en mejor situación. De todas maneras creo que en una economía globalizada es difícil hacer previsiones en estos momentos. Creo que es la primera crisis -si es que realmente somos capaces de definir como crisis la situación actual-, que tenemos que afrontar en el marco de una economía realmente globalizada. Nosotros ya llevamos en Andalucía y en España doce años de crecimiento continuado. En esos años ha sido donde se ha desarrollado realmente la globalización económica. Creo que es difícil para cualquiera decir si en un marco global cada una de las diferentes economías está suficientemente preparada, precisamente porque nos estamos enfrentando a una situación nueva.

A.E.: ¿En mejores situaciones estamos?

M.P.: Sí, pero es que realmente no conocemos las dimensiones de una crisis en una economía globalizada. Si son como las que se han presentado con anterioridad la afrontaremos en las mejores circunstancias, si va a tener unas dimensiones que no somos capaces de prever en estos momentos, creo que no hay nadie que pueda responder a esa pregunta con un mínimo de sensatez.

A.E.: El hecho es que suben los precios mientras se congelan los sueldos de la mayor parte de trabajadores. En este sentido, ¿considera la subida de precios como desproporcionada? ¿Qué se puede hacer para los trabajadores que son los que más están sufriendo este desgaste?

M.P.: Creo que la subida de precios que se viene produciendo no tiene una justificación clara. Algunas de las justificaciones que se aventuraron al principio para la subida de precios de productos básicos como el pan, la leche, etc., han caído por su propio peso. El argumento era la utilización de la biomasa para la producción de nuevos carburantes que estaba disparando los precios de los cereales… está claro que esa no es la razón. El efecto tirón de un producto fundamentalmente básico como el trigo depende más del consumo que hay en el sudeste asiático, especialmente en China, que de las dimensiones que tiene la generación de energía a través de la biomasa.

En este sentido creo que lo que se puede hacer con los trabajadores en realidad es lo que ya estamos haciendo: intentar cerrar en todos los convenios cláusulas de revisión salarial que permitan mantener el poder adquisitivo de los salarios en función de la evolución del IPC. Poco más se puede hacer en este momento. Porque quienes pueden actuar sobre la incidencia de los precios son, y sólo en cierta manera, las autoridades económicas… y ni siquiera las locales o las regionales… Nosotros lo que estamos intentando es que los salarios suban proporcionalmente según las condiciones económicas de cada empresa y que en los convenios se incluya la subida respecto al incremento del IPC como decía antes.

A.E.: ¿Le parece justo o correcto el pago del canon digital? ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Canon sí o canon no?

M.P.: A nosotros como sindicato y como ciudadanos nos cabrea el canon tanto como a los demás, para que vamos a engañarnos. Es más, hemos tenido ya el incremento, por la aplicación del canon en la utilización que hacemos de los periódicos o los dossiers de prensa que el sindicato elabora. Han subido un 30% de golpe. ¡Así de claro! Lo cual es desproporcional e injustificado. Ahora bien, yo creo que hay que tener algún tipo de tasa sobre la propiedad intelectual; algo razonable que permita que la actividad creativa se mantenga. Si queremos avanzar en una sociedad en la que la cultura y la creatividad tengan un papel destacado, esto no se puede hacer dejando malvivir a los protagonistas de la actividad creativa. Pero creo que hay que hacer planteamientos razonables. Lo que parece es que, a la luz del canon, no parece que el planteamiento sea excesivamente razonable, tal como se plantea, ni creo yo que se haya explicado suficientemente como para que el conjunto de los ciudadanos tengamos una percepción clara de qué es lo que se pretende.

A.E.: ¿Considera Andalucía una región subsidiada? O dicho de otra manera, ¿considera Andalucía una región que progresa por las ayudas de los demás? ¿Estamos viviendo o hemos vivido a costa de los demás?

M.P.: Yo creo que eso es falso. Y cualquiera que conozca Andalucía y los esfuerzos de Andalucía para salir adelante, y salir adelante de manera homóloga a como están saliendo otras zonas de Europa y del mundo, incluido nuestro país, sabe que es falso. Ese recurso hoy es una antigualla que se utiliza hoy como arma arrojadiza, pero que tiene poco que ver con la realidad andaluza. De hecho, todos los planes económicos de Andalucía (por cierto, todo lo contrario que sucede en otras zonas, consensuados con empresarios y sindicatos) de aquí al 2013 se prevé la autonomía presupuestaria de Andalucía. Y ha ido creciendo el peso de los recursos propios muy por encima -a lo largo de los últimos años- de lo que han crecido los recursos ajenos, vía Unión Europea, vía Estado Español. Y hoy Andalucía es una tierra en la que su gente comienza a destacar por su iniciativa, por su esfuerzo para sacar proyectos adelante, por su trabajo. Yo, personalmente, me siento muy orgulloso de cómo Andalucía está evolucionando en este sentido. Y, desde luego, ni yo como andaluz ni la UGT como organización admite más insultos relacionados con el tema del subsidio, porque hoy son insultos. Creo que siempre lo han sido porque nunca nadie ha planteado el nivel de subsidios de Asturias o el nivel de ingresos que han tenido otras comunidades a priori bastante menos necesitadas. ¿Qué ocurre con las riquezas generadas en Andalucía y los impuestos pagados en el País Vasco o en Cataluña, de muchas empresas?. ¿Es que al hablar de subsidio, tenemos que hablar de todo?. ¿Cuántas entidades financieras hay que desarrollan una actividad con magníficos resultados en Andalucía y, sin embargo, sus impuestos los pagan en Cataluña o en otro sitio? Sus matrices están en otro sitio y los impuestos se pagan allí. No debe merecer el respeto de los andaluces nadie que siga insultando a Andalucía, considerándola desde los tópicos más clásicos y menos acertados. Nosotros debemos contrarrestar cualquier falso argumento que pretenda en estos momentos considerar que Andalucía no tiene capacidad para pelar por sí misma.

A.E.: ¿Piensa que en Andalucía se puede llegar a conseguir el pleno empleo? ¿Cuáles serían las claves?

M.P.: En esto voy a dar una respuesta casi empresarial. Las claves son la creación de más empresas, la generación de mejor actividad empresarial, desde el punto de vista de la gestión, de la competitividad y, desde luego, un apoyo público decidido a un determinado tipo de actividad que sirva para crear empleo en nuestra comunidad autónoma. Creo que son fórmulas muy sabidas, no aporto nada nuevo, pero pienso que es posible. Si el ritmo de crecimiento de Andalucía se mantiene en los parámetros que viene desarrollando a lo largo de los últimos años, nosotros podemos alcanzar un nivel de pleno empleo. Teniendo en cuenta una cosas: que de los en torno a 500.000 parados registrados en Andalucía en este momento, un 60% son mujeres. Prácticamente en el entorno rural, con dificultades formativas como para incorporarse al mercado de trabajo y con dificultades, también, por la doble discriminación, por la dificultad a poder desplazarse a los centros de trabajo. No estoy culpando con esto, en absoluto, a las mujeres del desempleo que tenemos sino que sencillamente lo argumento para decir que para alcanzar el pleno empleo en Andalucía es necesario diversificar y extender en el territorio nuevas actividades que permitan generar empleo y, además, desarrollar una política de adaptación formativa de los recursos humanos muy importante para esas nuevas actividades partiendo de la idea de que gran parte de los desempleados -de las desempleadas en este caso- necesitan una adaptación importante. Porque nosotros, en el paro masculino estamos, prácticamente, en las tasas nacionales, el problema lo tenemos en cómo generar empleo en el medio rural para colectivos de desempleadas que, además, tienen la carga familiar a sus espaldas, la han tenido durante toda su vida y eso ha limitado su posibilidad de formación y limita su capacidad de movilidad… Lo que quiero decir es que tenemos un desempleo muy peculiar en Andalucía. Por consiguiente, necesita un tratamiento muy peculiar para alcanzar niveles de pleno empleo.
De cualquier manera creo que con un ritmo de crecimiento como el que venimos teniendo, sí será posible, entre otras cosas porque, curiosamente, es del medio rural del que están llegando en este momento las mayores iniciativas empresariales y el mayor nivel de crecimiento económico.

A.E.: ¿Puede ser, en este sentido, una solución la Economía Social?

M.P.: Seguro. La Economía Social tiene la virtud de haber cambiado su planteamiento. Antes era una economía residual y una forma de gestionar actividades «refugio». Sin embargo, hoy, la Economía Social se ha impregnado, sin perder sus valores de adaptación al terreno, de responder a las necesidades humanas, se ha adaptado perfectamente a los criterios de gestión empresarial con lo que, sin la menor duda, va a ser posible que la Economía Social pueda aportar en donde la actividad empresarial clásica tenga mayores dificultades una buena solución para el problema del desempleo.

A.E.: ¿Está funcionando el segundo pacto para la Economía Social?

M.P.: Los protagonistas de la Economía Social dicen que sí. Sin embargo, yo creo que el primero fue una tentativa de sacar a la luz muchos valores de la Economía Social y que el segundo se ha profundizado y se ha concretado mucho más en sus medidas y en las actuaciones previstas, pero creo que para que sean eficaces los acuerdos en materia de economía social es necesario de que pase tiempo y de que se profundice en medidas que vengan a afrontar necesidades reales de la economía social. Que no sea solamente un pacto de grandes declaraciones o de medidas concretas pero muy sectorializadas… sino que es necesario que se avance en unos acuerdos que, partiendo de la Economía Social, seas capaces de definir medidas concretas no sólo para poder mantener sino para poder impulsar ese modelo de empresa.

A.E.: ¿Qué opina sobre la política de inmigración que se está llevando a cabo desde el Gobierno? ¿Qué valoración le merece la regularización de inmigrantes sin papeles en 2005?

M.P.: Nosotros hemos valorado positivamente desde la UGT la política migratoria del Gobierno. Y lo hemos hecho así porque es la primera vez que se ha puesto sobre la mesa la necesidad, no sólo de las formas clásicas -contratos en origen y todo eso…- pero es la primera vez, como digo, que se pone sobre la mesa una fórmula consensuada con empresarios y sindicatos para normalizar lo que viene existiendo en la economía sumergida… Eso es lo que se ha hecho, El proceso de regularización lo critican aquellos que lo quieren utilizar como arma arrojadiza en términos políticos. Pero, esos mismos no tienen ninguna otra alternativa real que no sea la regularización. Incluso otros países europeos, al principio recelosos en lo que respecta al proceso de regularización que se había seguido aquí, resulta que finalmente están adoptando medidas muy similares o, prácticamente, las mismas. Cuando te encuentras con una situación de hecho de 800.000 inmigrantes irregulares en un país en el que están trabajando todos los días, porque, de hecho, se han regularizado 700.000 y lo han hecho los empresarios. Los tenían empleados de manera irregular y ahora los han regularizado, por lo que lo que se ha hecho es regularizar una situación irregular.

De todas formas todo lo referente a la inmigración tiene su calado electoral e inspira los más bajos instintos, como son el miedo a la diferencia, por eso se utiliza como se utiliza… Pero lo que el Gobierno está haciendo es que aquellos que entran de manera irregular y hay posibilidades reales de reenviarlos a sus países de origen, se hace. Además, ha fomentado la contratación en origen controlada. ¿Qué eso evita que entren menos inmigrantes irregulares en el país? No. Pero no lo ha evitado ni aquí, ni en Francia, ni en el resto de Europa. Porque el déficit que hoy en día tiene el tema de la inmigración es que los países europeos no logren ponerse de acuerdo en una política de inmigración conjunta, y en una economía abierta, en una mundialización de los medios de comunicación… ningún país, por sí sólo, es capaz de darle una solución al problema de la inmigración. Y eso lo saben perfectamente aquellos que más que ofrecer soluciones pueden producir con su actitud la xenofobia.

A.E.: ¿Y qué está aportando UGT a este tema de los inmigrantes?

M.P.: Nosotros estamos haciendo distintas cosas. Por una parte, atención personalizada a los inmigrantes. En cuanto a su regularización, favorecemos el acceso a la documentación, en el caso de los irregulares. En los inmigrantes regulares, realizamos una tarea de acompañamiento para su acceso a los distintos servicios a los que tienen derecho. Y, después lo que estamos haciendo es un seguimiento sindical, prácticamente, empresa a empresa, sobre su situación en cada una de estas empresas.

Lo que nosotros detectamos es que se va avanzando mucho. Cada vez es más difícil pillar a una empresa en la que haya inmigrantes irregulares. Efectivamente los sigue habiendo. Ahora el problema está en el aprovechamiento ruin y mezquino que hacen algunas empresas de los inmigrantes regularizados en cuanto a concederles peores condiciones de trabajo que a los trabajadores autóctonos, y perores salarios. Ahí es donde está ahora el problema. Porque la regularización documental no es una condición para que los inmigrantes no tengan un trato distinto. Y ese seguimiento lo estamos haciendo.

Después estamos haciendo más en términos de comunicación y de publicación. Estamos publicando los convenios en distintos idiomas para que tengan conocimiento de cuáles son sus derechos, estamos haciendo programas de formación específicos para capacitarlos para determinadas tareas, estamos desarrollando programas de formación específicos para nuestra propia gente, para los sindicalistas de UGT, de manera que puedan abordar bien el problema de la inmigración y, entre otras cosas, estamos desarrollando programas de cooperación internacional, tanto en el Magreb como en Sudamérica que pretenden informar y formar a los emigrantes que vayan a ver a España.

Tenemos, además, la biblioteca digital en materia de inmigración internacional más grande que hay ahora mismo en el mundo. Se trata de una biblioteca que comenzamos a conformar aproximadamente hace seis años y que en este momento posee los fondos documentales sobre el hecho de la inmigración más importantes, en cuatro idiomas, cada publicación.

A.E.: Recientemente se firmó en Sevilla el Pacto por la Vivienda. ¿Qué supone este acuerdo para la sociedad andaluza?

M.P.: No sólo lo hemos firmado sino que lo hemos trabajado concienzudamente desde la UGT. Además, nos hemos comprometido a que éste tenga un desarrollo ágil para resolver lo que es el problema de muchos miles de familias en Andalucía. ¿Qué supone para Andalucía? Una vez que se desarrolle la norma prevista en el pacto; se desarrollará en cuanto pase el próximo proceso de elecciones. Andalucía va a ser la primera zona del mundo que va a convertir el derecho a la vivienda en un derecho subjetivo, en un derecho exigible en los tribunales. Me parece que es el paso cualitativamente más importante. El segundo ¿cuál ha sido? Pactar con los empresarios, bien es cierto que con no pocas dificultades, en cómo se van a construir en Andalucía 700.000 viviendas, 300.000 de iniciativa pública, pactadas según las necesidades de los distintos tramos de población. En definitiva, este no es un pacto de vivienda para pobres, sino que es un pacto de vivienda para todos aquellos que tenga necesidad de vivienda.

A.E.: ¿Cree que los derechos de los trabajadores en Andalucía y en España están al mismo nivel que el del resto de Europa?

M.P.: En líneas generales estamos a un buen nivel. No existen muchas diferencias en lo referente a legislación laboral, pero sí en materia de protección social y esto es algo por lo que UGT y el resto de sindicatos debemos batallar.

A.E.: ¿Cómo será el movimiento sindical del siglo XXI?

M.P.: Los sindicatos dependen de sus trabajadores y el futuro estará ligado a sus demandas. Los trabajadores quieren que la UGT y el resto de fuerzas sindicales sean un instrumento útil en la defensa de sus intereses, que solucione sus problemas laborales, e incluso sociales. Hay problemas muy difíciles que los sindicatos tenemos que solventar, una serie de retos como la precariedad laboral, la siniestralidad, la falta de derecho o la siniestralidad en el trabajo.

A.E.: ¿Qué está aportando UGT a l movimiento sindical?

M.P.: UGT ya está luchando en contra de la precariedad laboral, uno de los problemas que más están experimentando los trabajadores en estos primeros años del siglo XXI. Asimismo, también estamos apostando por fomentar la integración de la mujer y de los diferentes colectivos sociales con mayores niveles de exclusión. En definitiva, vamos a luchar contra aquello que convierta a los trabajadores y trabajadoras en meros instrumentos del proceso productivo.
A.E.: ¿Cuáles serán los puntales sobre los que estará asentado este sindicato del siglo XXI?

M.P.: De cara al más inmediato presente y futuro nuestro reto prioritario es concienciar a los trabajadores sobre la prevención en riesgos laborales a ejecución de acciones punitivas contra las empresas que infringen la normativa, una mayor eficacia de la Administración pero, también, hay que conseguir que cada accidente laboral provoque una reacción del conjunto de los ciudadanos porque es la única manera de convertir la siniestralidad laboral en un problema central. Asimismo, vamos a intentar mejorar las condiciones laborales de los trabajadores exigiendo incremento salarial en torno a los 1.000 euros en cada convenio que se negocie con la patronal. En el siglo XXI las condiciones laborales de los trabajadores andaluces van a mejorar, y UGT va a batallar por ello.

Manuel Bellido

El perfil de un sindicalista

Nacido en la localidad malagueña de Archidona en 1961, el perfil del actual secretario general de UGT-Andalucía es el de un sindicalista que irrumpe en la organización allá por el año 1984, cuando se afilia al sindicato. No será hasta abril de 1998 cuando Pastrana asuma el cargo que actualmente ocupa. Hasta entonces, el líder sindical pasa por varios cargos como el de secretario general de la FSP-UGT Jaén desde 1992 hasta 1995, y el de secretario general de la FSP-UGT Andalucía desde 1995 hasta mayo de 1998. En cuanto a la trayectoria profesional de este sindicalista antes de llegar a UGT, destacar su relación con la provincia de Jaén. En ella ejerce de educador de los Servicios Sociales de la Diputación de Jaén hasta 1980, así como de educador y coordinador de educadores en la Residencia Juvenil de acogida a menores de la Diputación.

Casado y padre de tres hijos, Manuel Pastrana se declara un aficionado a la música clásica y al jazz. Admirador del teatro clásico se reconoce igualmente un seguidor de la obra de Federico García Lorca, mientras confiesa que es «Memorias de Adriano», de Marguerite Yourcenar, su libro de cabecera. El cine español, el campo y estar con los suyos componen su lista de aficiones, a las que une el ciclismo y su pasión por los colores del Real Jaén Club de Fútbol, del que se declara seguidor.n

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La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com