En 1979, yo tenía entonces 24 años, estuve varios meses en Extremo Oriente por cuestiones de trabajo. Lejos de España y de Andalucía, no podía seguir el día a día de la actualidad por la prensa, y tampoco había redes sociales que me tuviesen informado de que pasaba en mi país. Sin embargo, mi padre en sus cartas, aparte de darme noticias sobre mi familia, también me contaba las cosas que pasaban en Andalucía, en mi tierra. Así pude enterarme, con algo de retraso, de que el 11 de enero se había firmado el Acta fundacional de la Confederación de Empresarios de Andalucía, en Antequera y de que el 11 de julio se constituía la CEA en Torremolinos. También me contó, en una de aquellas cartas, sobre la compleja investidura de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, en marzo de ese mismo año. En la política española estaba casi todo por hacer y mucho de lo hecho por definir. Comenzaba “una etapa de transformación profunda de la sociedad española”, como vino a decir el mismo Adolfo Suárez. Tras cuarenta años de aquellos momentos en que tenía, a través de las cartas de mi padre, conocimiento del camino que iniciaba la CEA y del nuevo rumbo que tomaba la política española, asisto en directo hoy a dos acontecimientos de gran relevancia para nuestra tierra. El primero es el aniversario del nacimiento de la patronal andaluza que marca un punto de inflexión dando vida a una nueva etapa que, liderada por Javier González de Lara, se está traduciendo en la mejora de la imagen de la empresa, en la puesta en valor de su dimensión social como garante de la “paz social”, en la reafirmación del desafío diario de los empresarios andaluces en cuanto creadores de riqueza, bienestar, sostenibilidad y empleo. Una CEA que, con ética, y estética está gestionando un presente y trabajando intensamente por el futuro, ayudando a la sociedad a prepararse para el escenario donde estaremos en 2030, promoviendo la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El segundo acontecimiento es el cambio de presidente en la Junta de Andalucía, el primer político que ocupa el Palacio de San Telmo no siendo miembro del PSOE. La construcción de una nueva mayoría de gobierno, formada por PP y Ciudadanos -y el apoyo en la investidura de Vox-, ha dado vida a un gobierno que deberá retratarse y concretar lo antes posible en materia de impuestos, con bajada del IRPF situándolo al nivel nacional, en la lucha por un sistema de financiación autonómica justo y, al mismo tiempo, solidario, y por un sistema de formación que ayude realmente a dar trabajo a los desempleados y asegure una estabilidad institucional que genere confianza socioeconómica y facilite la actividad de las empresas y el conjunto de la economía. Felicidades y ¡suerte!
Los mejores deseos, por tanto, para este gobierno que inicia su andadura, recordándole que la buena política no es la que se alimenta de ambiciones individuales, prepotencias partidistas o intereses opacos, sino la que está al servicio de la sociedad y pone al centro de su gestión a las personas. Es más que nunca la hora de resaltar la dimensión esencial de la convivencia civil y hacer que prevalezca el bien de todos sobre el bien de una parte.
A la CEA y a su presidente: ¡Felicidades por este aniversario! Tiene por delante la tarea de seguir manteniendo el diálogo constante con las distintas fuerzas sociales, políticas y económicas y continuar actuando como interlocutor de las organizaciones empresariales y de las empresas de Andalucía ante las distintas administraciones públicas, los sindicatos, el resto de poderes políticos y sociales y la opinión pública en general. Tiene la tarea de seguir promoviendo que la CEA sea ese lugar donde las empresas andaluzas construyan juntas la realidad de lo que son y el proyecto de lo que pueden y quieren ser en el futuro.
Para la CEA y para el nuevo Gobierno andaluz, el futuro marca el camino.
Manuel Bellido @mbellido