La amistad es quizás la relación afectiva más noble que exista. Por eso produce tristeza cuando escuchamos esta palabra pronunciada sin fundamento ni alma o leemos en las redes sociales nombrar relaciones con esta etiqueta sin merecerla.  La amistad además de ser  “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato” como dice el diccionario, es además, un bien raro y supremo, que necesita ser cultivado y respetado

En estos días, que en las horas dedicadas a la lectura,  repaso la vida de algunos filósofos griegos, me llama la atención cuanto era importante la amistad  para estos grandes pensadores. Los griegos representaban la amistad en la figura de un joven vistiendo una túnica con botones, una mano puesta sobre el corazón y la otra apoyada en un pequeño olmo, herido por el rayo. En el tronco se enroscaba una cepa cargada de uvas. El olmo representaba el infortunio, para  quien no tenía la amistad, y la viña la dulzura de los consuelos que en la amistad se encuentran.

Para Platón, la amistad es el principio del valor y de todas las virtudes. Se ocupa de la amistad en el diálogo Lisis.  En ese dialogo, Sócrates dice que la amistad descansa en el amor y se regula por la virtud. El amor de amistad debe ser recíproco, por lo que lleva consigo correlación de libertades: hay que velar por el bien del amigo.

 Aristóteles en Ética a Nicómaco, decía así: “La amistad es una virtud o va acompañada de virtud, y además es lo más necesario para la vida. Sin amigos, nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes. (…) Y cuando los hombres son amigos, ninguna necesidad hay de justicia, mientras que aun siendo justos necesitan además de amistad, y parece que son los justos los que son más capaces de amistad (…). Pero la amistad no es sólo algo necesario, sino algo hermoso. Efectivamente, alabamos a los que aman a sus amigos, y el tener muchos amigos se considera como una de las cosas mejores, y hasta identificamos en nuestra opinión hombres buenos y amigos”. (EN, VIII, 1, 1155 a 3-32).

Relacionar la virtud y la ética con la amistad me parece de una gran lógica. De hecho para  él, la virtud será la disposición del alma, es decir, la capacidad y la aptitud de esta para comportarse de un modo determinado: «No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el hombre actúe de un modo determinado ante todo, que actúe a sabiendas; en segundo lugar, que proceda en razón de una decisión consciente y que prefiera esa acción por si misma; finalmente, que actúe desde una posición firme e inquebrantable» Son las enseñanzas de Aristóteles en  Ética a Nicómaco.

Que lejos estamos en nuestra sociedad de actitudes coherentes sea con respecto a la amistad que con respecto a la virtud y a la ética.

por @mbellido

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