Los regalos que hacemos hablan de nosotros mismos. Hablan del cariño y de la alegría que nos produce ver sonreír a otra persona cuando se los entregamos. Hablan de nuestro afecto pero también hablan de la prisa que hemos tenido en escogerlos, de nuestro sentido del valor económico o de nuestros hábitos. En este sentido hay regalos útiles, regalos inteligentes, regalos divertidos y regalos afectuosos. Posiblemente es una clasificación sintética y el listado podría ser más amplio, pero yo os propongo esta.

Cuando el sentido del deber está por encima de cualquier otro sentimiento, regalar responde ante todo a criterios de utilidad. Quien hace este tipo de regalos  probablemente detesta la futilidad, lo exagerado, lo superficial y prefiere escoger el obsequio apoyándose solo en su equilibrado sentido.

Los llamados regalos inteligentes, lo hacen aquellas personas en cuya escala de valores brilla sobre todo, la lógica, la inteligencia y la racionalidad. Son personas que prefieren el control más que la emoción, la puntita irónica más que el chiste fácil, la estima  educada más que el abrazo. El objetivo de su regalo, es ayudar a su destinatario, aportarle utilidad.

Los regalos divertidos provienen de personas que proyectan un cierto sentido de libertad, un cierto gusto por la trasgresión, por la curiosidad, por la novedad. Son personas que aman los colores y los sabores de la vida. Regalan para sorprender, para divertir, para que el que lo reciba sienta un dulce escalofrío.

Por último, los  regalos afectuosos se escogen con mucho sentimiento, con una dosis de amor adaptada a quien lo recibe. Son regalos “acogedores”, quien los hace regala  un trocito de corazón escondido en el envoltorio.  ¿Cómo son tus regalos?

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com