Bailar es bueno para la salud. Lo sabíamos. Moverse bien, al ritmo de la música estimula los sentidos, mejora las condiciones del corazón y los pulmones, ayuda a los huesos y articulaciones, levanta el ánimo, aleja la depresión y la grasa que sobra. Lo que no sabíamos, y me he enterado hace unos días a través de un artículo científico, es que el hombre que baila atrae más a la mujer y además equilibra la vida de pareja.
Desde la Universidad de Gotinga, en Alemania, Bernhard Fink y Nadine Hugill afirman y demuestran en ‘Personality & Individual Differences’ que saber bailar marca la diferencia en un hombre con respecto a una mujer. Estos investigadores han observado que saber moverse rítmicamente con la música y saber llevar bien a la compañera son elementos significativos para acrecentar el éxito o el fracaso sentimental de una pareja. Para las mujeres, según Fink y Hugill, un hombre que se mueva bien en la pista y a ritmo es objeto de las miradas femeninas y chance para una posterior aproximación. Sabíamos que a la hora de elegir, la mujeres pueden fijarse en características físicas como son las proporciones, los rasgos de la cara, la forma de las manos, pero este estudio demuestra que también se fijan especialmente en como se mueven los hombres. Las mujeres relacionarían las capacidades dinámicas con indicadores de fuerza. Me encantaría saber si mis amigas lectoras opinan lo mismo.
A mí personalmente el baile me ha ayudado a disfrutar más de la vida, practicándolo y contemplándolo.
Me vienen a la mente las palabras de un filósofo clásico griego. “La música y el baile son dos artes que se complementan y forman la belleza y la fuerza, que son la base de la felicidad humana». Alberto Londoño afirmaba en “Danzas Colombianas” algo muy significativo y que se relaciona de alguna manera con el estudio de los dos investigadores alemanes: «Cuando el hombre corteja a una dama y la galantea hasta hacerla suya, los movimientos del hombre son discretos, alegres y varoniles; la mujer se muestra tímida pero baila con alegría y delicadeza, y se entrelazan en una lucha de conquista… haciendo que el juego amoroso sea más atractivo e interesante, tanto para quienes lo bailan como para quienes se divierten de él».
Hugill y Fink pusieron a prueba a 50 chicas estudiantes mostrándoles un vídeo donde 40 hombres bailaban la canción ‘Let Me Entertain You’ di Robbie Williams. 25 de ellas tenían que juzgar el atractivo de los bailarines, las otras 25 tenían que escoger a los que mejor supieran expresar sus sentimientos. Los bailarines iban todos de blanco y sus características somáticas estaban oscurecidas. Un dinamómetro medía también la fuerza de cada uno. Al final la elección de los mejores, más atractivos y asertivos para las chicas coincidía con los que mayor fuerza demostraron con la medición del dinamómetro.
Bailemos pues. La antropóloga Judith Lynne Hanna afirmaba que con el baile: “desbordamos amor, odio, alegría, tristeza, coqueteamos, seducimos, cortejamos, festejamos la dicha y la muerte”. Y todo esto, a través de la danza que logra expresar de la mejor manera nuestros sentimientos. Bailemos, pues, como si parte de nuestra felicidad dependiera de eso.
Manuel Bellido

por @mbellido

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