La Generalidad acaba de confirmar que el sábado por la mañana Artur Mas firmará la ley de consultas para que se publique en el «Diari Oficial de la Generalitat», además del decreto de convocatoria del referéndum del 9 de noviembre, convocando así los catalanes a un referéndum ilegal para separarse de España. Con este gesto Mas ha cruzado una gruesa línea roja. Hasta hoy, en España, nadie había llegado tan lejos. Este «proceso» contra la integridad y la unidad de España supera con creces al que planteara Ibarretxe a mediados de la pasada década.
Repasando la hemeroteca y viendo el recorrido que Más a hecho en estos años, he recordado una fabula que de niños seguramente habremos escuchado todos, y que con imaginación podríamos aplicar a la trayectoria de Mas. Es la fabula del zorro y la zarza.
Un zorro perseguido por unos perros, se refugió en una zarza para no ser visto. Pero cuando notó los pinchazos de las espinas empezó a lamentarse: “¡Desgraciado de mí! He buscado amparo donde me van a acabar haciendo más daño del que hubiera recibido de los perros…
Desde la vuelta a la democracia en España, CIU, ese nacionalismo moderado y comprometido con los gobiernos de la nación y con España siempre obtuvo excelentes resultados electorales. Como partido era hegemónico en Cataluña. Sin embargo, desde que Más, por razones que intuimos pero que desconocemos en parte, se refugió en la “zarza” del independentismo. CIU se ha ido hundiendo, perdiendo más de 11 puntos en relación con los resultados electorales de noviembre de 2012. Las afiladas “espinas” de partidos independentista como ERC han ido hiriendo de muerte a CIU y a su líder.
Además desde los ámbitos, económicos y empresariales, que ya ven a CIU como a un partido disfuncional e incompetente para gobernar, le han avisado que la Cataluña productiva, con el independentismo, se iría a otra parte. Mas en su zarza, sufre, pero se niega a rectificar.
Como reza el famoso proverbio antiguo, al parecer atribuido a Eurípides: «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.» ¿Será este el caso del independentismo de algunos? Si es así y no interviene un milagro que saque al “zorro” de la “zarza”, pronto asistiremos a la “destrucción” de un partido y de sus líderes.