¿El balance de hoy? Crispación del ambiente en ciertas ciudades de nuestras geografía, mala imagen de España en el exterior, 142 detenidos, cerca de 40 heridos y las cifras de participación de los sindicatos confirmando un medio fracaso de la huelga. Cuando esta mañana llegué a la redacción de Agenda de la Empresa, una cadena de tres metros que impedia la apertura de la cancela. Llamamos a un cerrajero que con unas grandes tenazas rompió las cadenas colocadas por un grupo de sindicalistas dejando así libre el paso a los periodistas que, como todas las mañanas, veníamos dispuestos a ejercer la labor de información. Mal asunto cuando se utilizan estos métodos para que una huelga tenga éxito. Determinadas actuaciones como estas, demuestran reacciones instintivas de pataleos de impotencia, quejas estériles y reivindicaciones vanas con visceralidad desproporcionada e infantilismo. Es una pena que en lugar de ejercer el cometido justo y específico de asegurar los derechos de los trabajadores, ciertos grupos sindicales se conviertan en un instrumento de presión para otras finalidades; en este caso tumbar al gobierno de turno. Siempre creí que en democracia ese instrumento eran las urnas. Si alguien tienen una alternativa a la política económica del gobierno actual sólida, creíble y compatible con lo que se cuece en la UE, sería bueno que lo explixcara a los españoles en lugar de seguir paralizando el país para nada. Mientras tanto trabajemos y pongamos cada uno nuestro granito de arena.
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