El encuentro entre el presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem y el nuevo gobierno griego de Alexis Tsipras ha producido confusión. Y a estas horas no sabemos si ha dado algún paso significativo a favor de un acuerdo. Lo que si hemos sabido es que el gobierno griego no reconoce a la troika como interlocutor. «No estamos dispuestos a trabajar con una comisión que no tiene razón de ser», decía el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, tras la reunión refiriéndose a la troika, compuesta, como se sabe por el FMI, el BCE y la Comisión Europea. Miembros del gobierno griego también han dicho que quieren llegar a un acuerdo con sus partner internacionales. ¿Con que nos quedamos?

El tiempo corre y falta menos de un mes para que se concluya el plan de rescate. De hecho Dijsselbloem, recordaba que el programa de rescate «se extiende hasta finales de febrero [el día 28]” y señalaba que el Eurogrupo aún no ha tomado ninguna decisión al respecto: “Ya decidiremos qué se hará”.

Grecia ha cambiado de gobierno pero no ha cambiado de situación. Los problemas de la economía griega no desaparecieron con las elecciones y mucho menos con la elección del nuevo gobierno. La precariedad de su economía es monumental. La prima de riesgo hoy alcanzaba los 1.124,700 puntos. Demasiadas promesas ha hecho Tsipras, como la paralización de algunas privatizaciones, el restablecimiento del salario mínimo y la restauración del acceso universal a la sanidad, entre otras. Poco rigor en los planteamientos, deslealtad con quienes les hemos prestado el dinero y la chulería de quien presume como si tuviera una maquina milagrosa de fabricar billetes. Tantas promesas cuantas está haciendo en España Podemos. De donde sacará el dinero no se sabe. Ese programa económico que ha encandilado a los griegos cabreados y que le ha permitido ganar las elecciones no se podrá cumplir si Grecia sigue formando parte del Eurogrupo. Además, y para enredar aún más, el nuevo gobierno deja traslucir un fortalecimiento de sus relaciones con Rusia. Creo y temo que estoy en lo cierto, que si el gobierno de Tsipras no llega a un acuerdo con la troika, el futuro de Grecia se oscurecerá aún más. En estos momentos los griegos están ilusionados y contentos porque pensarán que aquí se hace borrón y cuenta nueva y no hay que devolver nada de lo que han pedido prestado. Mal asunto el de Grecia y mal asunto cuando los pueblos se dejan guiar por populismos y cantos de sirenas. Así les va a los venezolanos. ¡Aviso a navegantes!  España tendría que aprender de una vez por toda la lección.

por @mbellido

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