La creatividad es una hermosa  facultad que podemos desarrollar los seres humanos para crear algo nuevo  en cualquier momento y aspecto de nuestras vidas. Se trata de  encontrar procedimientos o elementos para afrontar situaciones de modo diferente.  La creatividad, si la comparecemos a una actuación circense, sería como hacer un salto mortal, pero permaneciendo sentados en el primer momento, siendo nuestro alrededor y lo que nos traemos entre manos lo que hace el salto. Improvisamente todo cambia y nos sitúa en un nuevo camino, en una nueva realidad.  A veces la creatividad nos hace sudar y a veces no. Un ¡Eureka!, puede saltar a nuestros labios,  como al matemático griego Arquímedes  en un momento inesperado. Es como si de repente se nos encendiera una bombilla en la cabeza que nos hace ver todo claro. Crear es también visualizar un sueño o una respuesta a una necesidad.

Hay un refrán que dice que la necesidad aguza el ingenio.

Vivimos atenazados por la crisis y he leído recientemente que entre las distintas etimologías aplicables a la palabra crisis, una procedente del sanscrito, la identifica como  transformación.

Ese, es probablemente el reto, al que hoy se enfrentan muchos jóvenes universitarios que están terminando sus carreras y vislumbran un horizonte de desempleo. Esta mañana lo subrayé en una mesa redonda en la que participé en la Faculta de Comunicación de Sevilla: la salida a esta crisis para muchos puede consistir en transformarse, vestirse de espíritu emprendedor y crear.  El miedo al cambio tiñe nuestro crecimiento, lo coarta y nos deteriora. En estas últimas décadas se ha fomentado en nuestra sociedad la cultura del esfuerzo intermitente de las oposiciones, para posicionarse y asegurar el empleo de por vida como funcionario.

En estos tiempos donde está claro que sobran miles de funcionarios y el criterio vitalicio del funcionariado está en peligro, es necesario que se abra paso en la sociedad y sobre todo en los jóvenes la cultura del emprendimiento. Eso significa esfuerzo, riesgo, desarrollo imaginativo, creatividad. Esto significa crecer. Decía Samuel Johnson que nadie conoce su propia fuerza mientras no se ha encontrado con la necesidad. Conformarse y esperar que caiga del guindo la fortuna es asumir una actitud que puede convertirnos  en seres aislados, perdidos, vacios y radicícolas, que invalidan el propio espíritu y cercenan la propia capacidad y talento.

Se necesitan jóvenes proactivos con capacidad para transformar su entorno y convertir los obstáculos en oportunidades.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com