No todos los seres humanos tienen conciencia de que el agua es un recurso limitado. Cuando se abre  el grifo y se dejas correr tan preciado bien, no siempre se piensa  en su insuficiencia y en la incapacidad de producirla a nuestro antojo. Cambio climático, crecimiento demográfico, desarrollo económico  y estilos de vida son factores que influencian su consumo. Solamente el 1% del agua del Planeta es  duce y utilizable, el 97% está en los océanos  y el resto se encuentra en los glaciares. En realidad habría agua para todos, pero no es solamente el problema de la cantidad lo que nos preocupa, es sobre todo el problema de la distribución, es decir, como acceder a ella desde muchos puntos de la Tierra.   1.100 millones de personas no tienen posibilidad de acceder a agua potable y 2.600 millones no disponen de un saneamiento digno.

Algunos continentes están más castigados que otros. En África es un drama que produce miles y miles de muertos a diario; unas 300.000 personas morirán cada año en el Continente negro a partir de 2016 –la mayoría niños- por la malaria, malnutrición o  diarrea.  En estos momentos mientras escribo me llegan datos de Unicef sobre la franja de Sahel, conocida como «El Cinturón del Hambre», se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo, abarcando aproximadamente 3.862.000 kilómetros cuadrados que incluyen los territorios de Senegal, Malí, Mauritania, Guinea, Burkina Faso, Argelia, Níger, Nigeria, Chad, Camerún, Yibuti, Eritrea y Sudán. En esta zona es trágica la situación en estos días.
En Asia,  con el 60% de la población mundial y con perspectivas de crecimiento demográfico, el problema tenderá a multiplicarse ya que los asiáticos solamente pueden  contar con el 36% del agua potable del Planeta.

El agua no solamente nos sirve para eliminar la sed. Pensemos en los litros que se utilizan en el mundo para la taza de café que tomamos por la mañana, la que se utiliza para lavar o para cocinar…

Quizás el primer paso que todos tenemos que dar es tomar conciencia que el agua es un recurso vital  para el ser humano. Un recurso para cada uno de nosotros y para todos. Pensemos que el derecho al agua potable y al saneamiento forma parte integrante de los derechos humanos. El segundo paso es comenzar a hacer un uso inteligente de tan precioso bien. Bastaría comenzar con pequeños gestos: lavarnos los dientes o afeitarnos con el grifo cerrado,  llenar completamente la lavadora y el lavavajillas, ducharse en lugar de bañarse….Un profesor del Instituto donde estudie bachillerato siempre nos decía:” El mundo tiene sed, no malgastes el agua”

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com