Conozco a C. desde hace muchos años y he podido  apreciar su profundísima humanidad y sensibilidad en numerosísimas ocasiones, comprobando y estimando al mismo tiempo, su constante crecimiento artístico. Me ha mandado recientemente un cuaderno manuscrito de poesías escritas este verano durante las vacaciones. Con curiosidad he leído muchas de esos poemas íntimos cuya lectura me ha producido deleite y sosiego. He caminado por senderos de nubes blancas, he bebido en un manantial de néctar, he recogido frutas en islas paradisiacas, he probado su nostalgia y su amargura, he caminado sobre huellas de dolor y de gozo contenido y he contemplado desde su ventana un cielo teñido de infinito.

La poesía de C. me hacia redescubrir el impulso de sobrevivencia básico en todas las especies y en especial en el ser humano. El cielo del presente, el áspero recuerdo de algún pasado, la visión de arcoíris futuros. Me he detenido mucho tiempo en esas rimas que hablaban de la despiadada dulzura del amor, en las primeras nieves del enamoramiento, en las lluvias torrenciales de la crisis, en la calidad serena de la amistad otoñal. C. habla de amor, un amor que todo quisiera invadir y dominar. Habla en voz baja del amor entre una mujer y un hombre y grita cuando habla del amor necesario en la vida del consorcio humano; un amor que devuelva al hombre su trascendencia. C. habla con rabia y con tristeza de un mundo que no ha cesado nunca de marchar hacia la guerra, habla del amor como medicina para un mundo enfermo de egoísmo y mercenarios al servicio del dinero.

Momento de poesía al final de un día de noticias desalentadoras, de casos de corrupción, de asesinatos de 18 niños y ocho adultos en Connecticut,  de locuras nacionalistas, de miedo ante una segunda recesión en la UE. Día, como muchos otros, donde abrir el periódico, escuchar las noticias de la radio, o mirar el informativo de TV produce  arañazos en el alma.

La poesía es una fotografía, es una denuncia, es un fogonazo de luz, pero también es un  barco que nos puede conducir a otros horizontes más esperanzadores. La poesía de C. muestra prismas de nuestra vida y esparce chispas de Verdad. La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos como decía Tagore; es más profunda y filosófica que la historia como decía Aristóteles. A veces es la luz que nos permite ver.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com