Las bancos desarrollan cada vez más funciones nuevas, pero su misión principal es la de actuar como punto de encuentro entre demanda y oferta de dinero. Estas entidades financieras hacen posible que quien tiene dinero para ahorrar obtenga una remuneración y quien tenga proyectos para realizar consiga el dinero necesario para llevarlos a cabo. Cuando los bancos no funcionan como tienen que funcionar, o no existencomo sucede en muchas naciones, nos encontramos con varios problemas, el más importante y antiguo es la usura. La historia así nos lo cuenta. Bajo Carlomagno, allá por el siglo VIII, la usura fue declarada delito y el movimiento contra ella ganó ímpetu hasta el punto de que, en 1311, el papa Clemente V prohibió totalmente la usura y declaró nula toda legislación secular en su favor. Desgraciadamente sigue siendo una práctica en países del tercer mundo, y no solo. No podemos imaginarnos una sociedad sin bancos y una economía de mercado sin créditos. El crédito, como ha dicho el Premio Nóbel por la Paz Yunus, es un nuevo derecho fundamental del hombre. No hay democracia real ni desarrollo si una sociedad no es capaz de ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de realizar proyectos emprendedores. Pero en numerosos estados se excluye a muchas personas de la posibilidad de obtenerlos ya que no son consideradas dignas de confianza por parte del sistema financiero de ese país. Los bancos son empresas y evidentemente funcionan como tales, si no hay garantías no hacen negocios. Muchos pobres en el mundo no tienen estas garantías, por lo tanto non obtienen créditos y caen en las redes de los usureros.
No hace falta profundizar demasiado para saber que las Entidades financieras son el sector que obtiene, de media, mayores beneficios, además de poseer enormes patrimonios inmobiliarios, pudiendo incluso permitirse sueldos estelares para sus dirigentes y consejos de administración. Los Bancos son empresas pero no sólo, deberían ofrecer un servicio público, incorporando valores y ética en su gestión pueden hacer mucho para erradicar del todo esta plaga que, aunque parezca cosa de otros tiempos, está muy extendida en muchos lugares del mundo. Los microcréditos, pese a que en su fisonomía tienen mucho que mejorar, pueden ser una buena apuesta.
La usura es una práctica humillante para quienes se ven atrapados en ella, como ha dicho recientemente Benedicto XVI, y lo dijo precisamente, dirigiéndose a un grupo de Asociaciones que se dedican en todo el mundo a ayudar a los millones de víctimas de esta práctica extorsionadora.
Que no falte tampoco por parte de los Estados una ayuda adecuada y un apoyo a las familias afectadas y en dificultad, que tienen el valor de denunciar a aquellos que se aprovechan a menudo de esta trágica condición. ¡Cuánto necesitado está nuestro mundo de recuperar valores éticos y morales para levantar cabeza y avanzar en paz!
Manuel Bellido

por @mbellido

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