Hoy he estado con Carmen Borja en el programa “4 Gatos” de Canal Luz. Hacía tiempo que no coincidíamos La ocasión ha servido para intentar echar luz sobre el mundo de la comunicación en el que ambos nos movemos desde hace años. Carmen es una gran profesional y, sobre todo, una bellísima persona. Cada vez que he tenido ocasión de hablar con ella me he enriquecido y he incorporado su mirada a la mía. A menudo desde su ventana he mirado el entorno y he descubierto nuevos paisajes. Hoy, después de esa entrevista luminosa y vital, algo me revelaba que ciertas conversaciones, como la que he mantenido con ella, las palabras van iluminando con sutileza cambios de atmosfera que nos transportan en milésimas de segundos a nuevas escenografías y nuevos territorios y arman un contenido tan profundo en el que la misma palabra es a la vez instrumento y tema de reflexión. Vivimos en una sociedad donde a menudo las conversaciones son tan tensas y tan fingidas que no permiten saber dónde está la verdad. Las conversaciones con Carmen son diáfanas y dejan traslucir como la palabra puede llegar a ser el elemento común para un entendimiento tácito. En medio de tanto ruido e inutilidad verbal, la palabra puede ser un medio sanador de aceptación del pasado, de reconciliación con el presente y de estimulo para el futuro. La buena conversación siempre parece demasiado corta, ni agota los temas ni agota a los amigos. Dicen que el debate es masculino y la conversación femenina. Gracias Carmen.