La guapura de Jerez se dibuja en todos sus rincones. Mi Jerez natal es un catálogo de hermosura. Jerez es delicioso y variado en sus calles, sus plazas, sus iglesias, sus palacios, sus bodegas, sus museos, sus barrios. Todo es bonito.
El Alcázar, la Mezquita del Alcázar, los baños árabes, las murallas, la Catedral, la Cartuja de Santa María de la Defensión, San Dionisio, Santiago, San Miguel, San Marcos, San Mateo, San Lucas, San Juan de los Caballeros, la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Merced, la plaza Aladro y el Palacio Domecq, la plaza de Rafael Rivero y la Casa de Pérez-Luna , la Casa de Riquelme en la plaza del Mercado, el Palacio de los Dávila en la plaza Benavente Alto, el Palacio de Camporreal en la plaza de Benavente, el Recreo de las Cadenas, el Cabildo Antiguo, la Torre de la Atalaya.
Y además su vino y su brandy, sus bares de tapeo, su gastronomía, sus caballos, el flamenco, el toro, el Xerez Club Deportivo, los grandes eventos, la feria, la Semana Santa, el circuito de velocidad….
Una ciudad para disfrutar todos los meses del año.