En estos últimos años, viajando por Europa, he encontrado  seres humanos, diferentes, cuya denominación científica podría ser la de “hombre ecológico”, con capacidades mentales  que les permiten inventar, aprender y vivir de una manera diferente al resto. Son capaces de caminar por las vías de nuestro  planeta sin dejar huellas de destrucción, prefieren usar los pies a los motores para trasladarse, reciclan, intentan contaminar lo menos posible, respetan las plantas y los animales, usan correctamente los  bienes naturales, en especial el agua, procuran tener limpio su entorno, tratan de mantener los  ambientes donde vives en las mejores condiciones de salubridad, no derrochan energía, utilizan con equilibrio los productos químicos y las sustancias nocivas que pueden dañar a la naturaleza, prefieren las sustancias y los productos biodegradables, colaboran con la recogida selectiva de la basura y de los materiales de desecho para que puedan ser sometidos a operaciones reciclaje.   Este ser humano no renuncia  a la idea de ejercer  con su modo de vivir una acción política y social. Creen que lo que hacen no tienen nada de especial, creen que son acciones al alcance de todos. Son gente normal, creen que una vida más limpia y ecológica produce bienestar y más felicidad.  Comen, limpian, viajan, se relacionan, se divierten, trabajan, pintando sus acciones de “verde ecológico”.  Los he visto recoger un papel en la calle y tirarlo en la papelera cercana, los he visto recoger un plástico de la orilla del mar y dejarlo en los contenedores de la basura, los he visto recoger de un bosque latas vacías y otros restos abandonados por otros seres insensibles y buscar el lugar adapto para depositarlos, los he visto llevar las pilas gastadas a los pequeños contenedores que se encuentran en muchos establecimientos de la ciudad, los he visto preferir la bicicleta al coche.  Consideran que la negligencia, la inconsciencia o la indiferencia de muchos padres impiden que las nuevas generaciones disfruten en el futuro de un planeta en las mejores condiciones.  Reconocen que pueden mejorar cada día, predican con el ejemplo y no solo lo hacen estando en la calle, en el campo o la playa, lo hacen en sus casas, procurando, por ejemplo,   cerrando los grifos a tiempo, o apagando las luces cuando no las necesitan. Son seres agradables y cada vez más aumenta su número sobre el planeta. ¿Eres tú uno de ellos?

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com