Cada vez que pongo pie en suelo chino constato cambios que no dejan de sorprenderme, a veces positivos y veces menos. China, el país más poblado del planeta es también la segunda potencia económica mundial según su PIB a valor nominal. El mayor exportador mundial y el segundo importador más grande de bienes. En esta ocasión percibo que este dragón poderoso en cuanto a crecimiento, en los últimos tiempos está aminorando su veloz marcha. En la actualidad su economía se apresta a un crecimiento del 7,5%. Una cifra que para nosotros europeos y en particular para los españoles sería un sueño. Para ellos sin embargo representa la cifra más baja desde 1990. Un riego para la paz social de este país que cada día despierta un poco más a nueva realidades y reivindicaciones sociales. El gobierno lo sabe y ya ha dicho que pondrá en marcha nuevos estímulos, aunque los márgenes de maniobra por el aumento de la inflación y las burbujas del mercado crediticio e inmobiliario, sean bastante reducidos. En el plano internacional, esto significará que la locomotora china no tirara de la economía con tanta fuerza como hasta ahora. Uno de los motivos es que las previsiones de disminución de importaciones es un riesgo patente. Los países que exportan materia prima para las infraestructuras se verán afectados por la bajada de la demanda. En este largo periodo de evolución en la economía china, ha ido adquiriendo un papel más activo del sector privado y esto ha contribuido y seguirá probablemente contribuyendo al equilibrio de las balanzas comerciales globales.
La “fabrica mundial” no está exenta de crisis. Veinte años de crecimiento continuado, vislumbran un cierto desgaste, que además se agrava por la gran deuda pública de los gobiernos locales. Se trata pues de equilibrios. Hasta ahora los grandes beneficiados de este crecimiento han sido las grandes empresas, el estado y la rica elite china Si la renta media de las familias no sube, el crecimiento tendrá un sentido limitado.
China apasiona, sigue siendo incomprensible en muchos aspectos, atrae y al mismo tiempo da miedo, creciendo mucho o creciendo poco. Dragón a tortuga, sus dimensiones son siempre gigantesca. 1 339 724 852 chinos no son pocos.