La situación actual  en España requiere una actitud de grandeza de parte de todos los españoles y sobre todo de los políticos, estén en el gobierno o en la oposición. Urge una tregua. Apremia recrear unas condiciones de entendimiento político que permitan superar el estado de enfrentamiento permanente, apremia que se presente una imagen de seriedad y de unidad ante Europa y ante los mercados que genere confianza.  Los periodistas también podríamos ayudar.  Los medios de comunicación podrían sentirse interpelados en este momento trascendental de la crisis poniendo un granito de arena,  dejando de añadir leña al fuego. La que sufre es España, quienes sufrimos somos los españoles y en particular quienes  no tienen trabajo y quienes han visto recortados sus medios de subsistencia, quienes se levantan cada día sin un horizonte de esperanza.

También sería razonable que quienes gobiernan la nación o una Autonomía y quienes hacen oposición a nivel nacional o regional, situaran el valor de la honestidad por encima de la avaricia de poder que en general resquebraja la grandeza de la política.

Veía esta mañana por TV  la sección de control al gobierno, de los miércoles. He visto en algunas intervenciones de algunos portavoces parlamentarios, aunque no en todas, astucia, picardía, marrullería y vileza.

Me producía sonrojo ver como algunos, trataban de  humillar al contrario,  ganando supuestamente una momentánea batalla dialéctica pero sin ningún objetivo de construir.    Esa picardía aplicada al debate político  es una habilidad que algunos parecen poseer de modo natural. Engañan y se engañan para lograr artificiosamente un titular en la prensa devoradora de impactos, creyendo que esta pequeña victoria le deparará el voto de algún desinformado o despistado y el aplauso de los suyos.

Señalar está posturas mezquinas, no es ingenuidad. Ingenuidad es creer que la política es eso y hay que conformarse. Los ciudadanos no pueden ni deben resignarse a consentir que la política sea el paraíso de los charlatanes, ni una guerra continúa sin efusión de sangre, ni un cuadrilátero donde se defienden intereses propios escudándose en falsas filantropías, ni en  la  conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares.

Fue escuchando la intervención tan trágica y tan negativa del parlamentario del Grupo de IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural,  que me vino a la mente una frase muy conocida de Louis Dumur: “la política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”. Hacer política con esos talantes y argumentos tiene siempre consecuencias graves para el conjunto de la sociedad. La calidad de vida de los ciudadanos, en estos momentos críticos,  está fuertemente vinculada a la salud, generosidad, honradez  y moralidad de  las personas que están al frente de las instituciones, y por supuesto, no está vinculada a las acampadas en las plazas públicas.  Por supuesto tengo que darle la razón al Premio Nobel de Literatura, Vargas Llosa que hoy declaraba:  «España es una democracia, una democracia funcional. Y la democracia tiene sus canales a través de los cuales se puede y se debe expresar la protesta, la crítica… Es peligroso que esas protestas se aparten de los canales propios de la democracia y se quiera entablar una democracia de la calle»

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com