Razones para la solidaridad

A menudo cuando converso con los compañeros de la redacción sobre  las medidas que se vienen tomando desde los gobiernos y desde  las instituciones europeas para salir de la crisis, siempre nos topamos con la misma cuestión: las  medidas de corte económico o de estimulo del crecimiento para sacarnos del túnel no son suficiente. Sanar de estar crisis, es algo más que cuadrar los presupuestos de estado o sanear los bancos.  Se trata de acortar la distancia entre el mundo de la riqueza y el mundo de la pobreza, se trata de eliminar desigualdades, se trata de trabajar para que nadie se quede sin un trabajo digno o una casa digna. Para lograrlo, quizás tengamos que plantearnos y reconstruir,  en primer lugar, las bases de nuestra convivencia, las razones de nuestro estar juntos.  En definitiva se trataría  de salir de todos los “ísmos” que nos dividen, incluido el egoísmo y reconocernos una comunidad, una sociedad, con todas sus consecuencias. Quizás es el momento de plantearnos el desafío de la solidaridad. Bastarían una preguntas: ¿yo que puedo hacer?, ¿qué puede hacer mi familia?, ¿qué puede hacer mi empresa? Se trataría de impregnar nuestras relaciones de solidaridad. En primer lugar poner a punto la relación con nosotros mismos, procurando esa armonía que nace de una sana autoestima. En segundo lugar cuidando las relaciones con los demás; el ser humano nace de una relación y está hecho para construir relaciones.  Estas se desarrollan en el libre juego de las libertades personales y en el respeto. Las tensiones que de ellas a veces se derivan se curan con la terapia del perdón. Las relaciones sociales, las buenas relaciones basadas en el respeto y en la solidaridad son las perlas que dan plenitud a nuestros días, a nuestras horas. Las relaciones de solidaridad son una especie de linfa vital que empuja hacia delante y eleva al género humano.  Una buena dosis de solidaridad apresuraría la recuperación y cicatrizaría muchas de las heridas que hacen que la familia humana se desangre inútilmente.