Hay que conservar siempre la lucidez para pensar y, si es el caso, decir que en todos los partidos políticos hay gente preparada y gente inculta, gente buena y gente mala, da igual el color del carnet y la sigla que defiendan. Mi amigo P.L. es un militante de un partido, que hoy por hoy está hecho un lío, porque no sabe si votar o no al partido donde milita. Es una gran persona, un trabajador y una persona de consciencia. Él es un buen hombre de principios, sin más ideología que hacerle bien al prójimo, pero ha visto tanta podredumbre, corrupción y despotismo que se ha cansado. Hoy me decía que le hastiaba la crueldad inútil de estas guerras que algunos desencadenan en la actual campaña electoral en Andalucía. Sobre todo no entendía como los mítines siempre terminaban en asquerosos ataques personales al contario, en mentiras y en amenazas, en lugar de proponer ideas, explicar programas y devolver la ilusión a la gente. Tiene razón P. todas las guerras son malas, cualquiera sea el bando que las impulse. La gente no quiere oír siempre la misma monserga, la gente quiere respuestas, quiere soluciones a sus problemas, quiere que el político se moje en primera persona, quiere escuchar algo distinto, no siempre la misma cantinela de que viene el lobo. Para la gente, que ya no es tonta, todo eso es un coñazo. Baste mirar los datos de audiencia del último debate en Canal Sur. En Andalucía la gente tienen ya decidido el voto, nos podríamos haber ahorrado el dineral de la campaña. La gente como P. quiere enfrentarse a sus propias opiniones y destino cada mañana, no seguir como borregos los dictámenes de los voceros a sueldo. La gente tiene cada vez una perspectiva más completa sobre como se debe construir esta región. Ha entendido que no se puede despilfarrar, que no se puede gastar lo que no se tiene, que los políticos tienen que ser honrados y tienen que trabajar para todos los ciudadanos no solo para su parroquia y familiares, que no pueden abusar del poder, que no pueden mentir constantemente incluso cuando se les encuentra con las manos en la masa en los mas sucios fregados. La gente no quiere seguir cubriéndose los ojos ante los excesos y tapándose la nariz por el olor a podrido. La gente ya no traga con la teoria de que los empresarios son unos bastardos tiranos sin escrupulos. La gente va a comenzar a dudar que los sindicatos defiendan los intetereses de los parados y de los trabajadores. la gente se aborrega cada vez menos, observa, piensa y razona sobre todo lo que acontece.
Izquierda y derecha, tienen que renovar sus filas e incorporar a las Administraciones servidores públicos, gente con vocación de servir, gente con ganas, preparadas, gente que hayan aprendido antes de llegar a la política a ganarse la vida con el sudor de la frente, gente ingeniosa, que sepan administrar con inteligencia y creatividad el periodo de vacas flacas que atravesamos, gente que anteponga el servicio a la ambición.
Mi amigo P. está triste. Me gustaría decirle: P. no pierdas la esperanza.

por @mbellido

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