Acabo de leer un estudio que intenta demostrar que la mujer tiene más dependencia de internet que los hombres. Una dependencia, que al parecer, según el estudio, tiene origen genético. Compara esta dependencia a la de fumar, de la cual es difícil despegarse.  El estudio lo he encontrado en el Journal of Addiction Medicine y está hecho por científicos alemanes de la Universidad de Bonn. El doctor Christian Montag y sus colegas de la  Abteilung für Differentielle und Biologische Psychologie de esa Universidad dicen que obsesionarse con la conexión diaria, e incluso varias veces al día, a las redes sociales, sea Facebook,  Twitter, o páginas de venta on-line, no se debe a una cuestión “mental” sino a una presunta variante genética – que al parecer tienen más las mujeres que a los hombres. Estos investigadores habian seleccionado a 843 personas de ambos sexos para evaluar la inclinación a utilizar la Red y la influencia que esta tendencia tenía en sus vidas. Después de haber recogido la información necesaria de cada uno de ellos, habían escogido a  132 con la característica de tener una fuerte dependencia de Internet. Las características de estos adictos a Internet se ha comparó posteriormente  con un grupo de personas sanas. El análisis comparativo demostraba que los dependientes de la web muy probablemente habían heredado  esta variante genética. Por supuesto más mujeres que hombres. La verdad es que no me lo he creído del todo.

Hablándolo con un psicólogo amigo me confirmaba que estos estudios no son definitivos y que habría que hacer todavía un cierto camino para certificar estos resultados. Lo que si me comentaba, es que este tipo de  adicción,   busca impulsivamente estímulos rápidos y gratificantes que lleguen a satisfacer una constante necesidad de información. Me comentaba que conectarse a Twitter o a Facebook aumenta notablemente la oxitocina, esa hormona típica de la empatía que nos ayuda a ser más felices. Esa conexión rebajaría buenas proporciones el nivel de  estrés. Me decía además que en algunos casos el había comprobado que el uso adictivo de Internet le había revelado un síntoma de depresión.

A la oxitocina la llaman la «molécula del amor» o «la molécula afrodisíaca»,  nunca hubiera imaginado que Facebook o twitter aumentasen sus dosis en quien los utiliza. Concluyo que como en el resto de aficiones, la moderación es una buena regla

por @mbellido

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