Andalucía usa productos de alta tecnología, es más, las nuevas tecnologías apasionan y cada día están más al alcance de casi todos. El vocabulario en muchas empresas también cambia y se introduce una nueva terminología con expresiones como web desing, (proyectación y diseño de páginas web); E-learning, (gestión de formación on line); Web Content Management, (proyectos de contenidos para páginas web), Web Marketing y un sinfín más de nuevas disciplinas y aplicaciones. Las telecomunicaciones van invadiendo las casas, las oficinas, la Administración, y la Universidad.

Aumenta a diario el uso de Internet, permitiendo navegar a alta velocidad con la Adsl; se usan redes informáticas en numerosas empresas, funciona el “cyber campus” para los estudiantes y los bancos adoptan nuevas soluciones para quien quiere invertir o realizar cualquier operación sin pasar por la ventanilla, (entre los internautas el 42% utilizan ya este sistema).

Se adoptan los últimos modelos de móviles, se escucha música digital, se compran portátiles y ordenadores cada vez más potentes, está de moda el “home cine” y la televisión vía satélite, se aplican las nuevas tecnologías a coches y motos, los videojuegos y consolas para niños rayan la ciencia ficción, y podemos contar con un sin fin más de aplicaciones para el hogar, o el ocio Pero es como asistir a un espejismo. Gozamos de estos avances pero no nos cansamos de leer análisis y estudios económicos que señalan que el sistema productivo andaluz adolece de debilidad tecnológica, que las empresas andaluzas siguen invirtiendo poco o nada en innovación y que la Administración, en sus inversiones, no apuesta, como debería por actividades de trascendencia tecnológica productiva. Investigamos poco, inventamos poquísimo y producimos casi nada. Esto nos merma en los recursos. De hecho sin producir tecnología, Andalucía arriesga en su futuro desarrollo y este retraso nos hace débiles con respecto a otras regiones más industrializadas que avanzan más rápidamente que la nuestra. Y es que seguimos en los vagones de cola. Turismo y construcción no son suficientes.
Pero el avance tecnológico no es el único desafío al que se enfrenta nuestra región y por resumirlo de alguna manera bastan los datos recogidos en el Anuario Social de España 2001 de La Caixa, donde Andalucía se encuentra entre las tres últimas comunidades autónomas en índice de bienestar. Dónde han ido a parar las abundantes ayudas comunitarias que hemos recibido en estos años, (725 millones de euros en 2001) y que muy pronto dejaran de llegar. Ya es hora de irnos preguntando si el sistema actual, es la mejor forma de hacer y construir Andalucía. Un debate que nos es sólo patrimonio de los políticos y que nos conviene realizar urgentemente en el mayor número de foros posibles, porque en el fondo este desarrollo afecta y al mismo tiempo depende de todos los andaluces.

En estas semanas desde el Gobierno Andaluz y desde el PSOE-A se están mandando mensajes a los empresarios para incorporarlos al proyecto de la denominada “segunda modernización”. Y no se entiende si se les quiere pedir aún más esfuerzo o por otra parte reconociendo el valor y el protagonismo que tienen en el crecimiento de Andalucía, se les quiere allanar el terreno en esta difícil tarea de emprender, crear puestos de trabajo, arriesgar, invertir, producir y crear riqueza.

Andalucía progresa económicamente por sus emprendedores y empresarios y por eso es lógico que deba seguir siendo construida con ellos y por ellos.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com