Hoy en día, la mayoría de las personas han oído alguna vez hablar de Economía Social e incluso muchas de estas personas creen tener una idea más o menos acertada de su significado, pero la expresión Economía Social viene siendo utilizada desde hace tiempo en la literatura económica y no económica con sentidos amplios e imprecisos generando de consecuencia confusión y dificultando el establecimiento de un marco teórico y conceptual que permita a los propios protagonistas identificarse y diferenciarse de los agentes económicos tradicionales.
La Economía Social presenta un modelo muy peculiar de empresa, participada mayoritariamente por los trabajadores en el caso de las sociedades laborales y casi totalmente en el caso de las cooperativas. Estas empresas acentúan la primacía de la persona y del objeto social sobre el capital, sus miembros controlan democráticamente y desde la base las decisiones de la empresa, se conjugan los intereses de los socios y el interés general, defendiéndose y aplicándose de ese modo los principios de solidaridad y de responsabilidad hasta las últimas consecuencias. En las empresas de Economía Social, como en cualquier empresa, son importantes los beneficios económicos, pero gozan de la misma importancia esos otros beneficios no siempre cuantificables en cifras y que son los beneficios sociales, sin olvidar que se emplean los excedentes de ejercicio para el crecimiento de la empresa y la mejora de los servicios a los socios y a la sociedad en general.
En estos años hemos constatado la contribución que la Economía Social y el cooperativismo han dado a la cohesión social y territorial de Andalucía, su contribución al crecimiento de la actividad productiva en las comarcas rurales y más desfavorecidas actuando además como colchón de los vaivenes económicos que nos han sacudido, por su mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios, y por supuesto su aportación a la creación de empleo, lo que hace de este sector un pilar importantísimo en el conjunto de la economía andaluza.
El pasado 10 de marzo la redacción de Agenda de la Empresa Andaluza recibía en Motril el Premio Arco Iris a la mejor labor de divulgación del cooperativismo en Andalucía en su XII edición. Se sabe que lo importante de los premios son los valores que estos proyectan a la sociedad y en ese acto emotivo en el que nos sentimos profundamente complacidos y al mismo tiempo privilegiados, volvimos a dirigir nuestro pensamiento hacia esos inestimables y necesarios valores que la Economía Social aporta a nuestra sociedad andaluza. Las cooperativas, las sociedades laborales y los autónomos que construyen la Economía Social, creando nuevas empresas, generando riqueza y con ella nuevos empleos fueron los auténticos protagonistas de esa premiación. Nuestra feliz tarea había sido sencillamente haberlo podido contar en estas páginas.
Ante los cambios que acontecen producidos por el “turbocapitalismo” y en este contexto de globalización y liberalización comercial CEPES Andalucía, AGT, ASLAND, CEMPE, EMCOFEANTRAN, FAECA, FAECTA, FEANSAL, FEDECCON, UPA y el Gobierno Andaluz desde la Dirección General de Economía Social tendrán que seguir apoyando contundentemente a este sector, con la certeza que así apoyarán a toda la economía andaluza.