Faltan ya muy pocas horas al referéndum y los promotores de la independencia en Escocia se afanan en convencer a los 500 mil indecisos que aún no se han inclinado ni para el si ni para el no. Las urnas abrirán mañana a las 7 de la mañana y cerraran a las 22, hora local. Sin embargo de los resultados no sabremos nada hasta el viernes. Tanto secesionistas como unionistas repiten que los sondeos dan casi un empate. Veremos. Los que defienden la independencia han hecho un esfuerzo publicitario enorme. Han repartido 2,6 millones de panfletos y han situado en todo el territorio más de 300 carteles publicitarios para pedir el “Sí”. El mayor esfuerzo lo han hecho los voluntarios que han ido casa por casa para explicar su Plan. La campaña de los que pedían el “No” ha sido menos visible aunque más centrada en los medios de comunicación tradicionales. En Facebook y Twitter los independentistas han buscado con avidez el apoyo de la población. 258 mil “me gusta” han tenido los independentista contra los 182 mil para los que pedían el “No” En twitter el hashtag #Voteyes ha sido el más utilizado. Como siempre los más sensatos esperan que prevalga esa “mayoría silenciosa” que seguramente votará con la cabeza y pensando en el desastre económico que supondría la independencia. En Escocia está pasando como en Cataluña, los independentista apelan a las emociones y a los sentimientos escondiendo la cruda realidad a la que tendrían que enfrentarse los ciudadano. Por ejemplo la catástrofe que supondría salir de la Unión Europea y del euro. Está claro que la deslocalización de empresas tendría también un efecto negativo sobre los flujos comerciales, como también serían desastrosas las consecuencias que tendría sobre la Deuda y sobre la Financiación.
Muchos escoceses no se han enterado o no se han querido enterar. Muchos catalanes tampoco han reflexionado sobre los efectos de la salida de capitales, la inestabilidad financiera que se produciría con el establecimiento de una nueva moneda. Muchos catalanes como muchos escoceses no se han parado a pensar una situación en la que ellos mismos tendrían que hacer frente a todos esos servicios que hoy les proporciona el Gobierno Central, como Defensa, Seguridad, Diplomacia, el acceso a los mercados financieros y sin la protección del MEDE y el BCE…
Eso sí, a los gobernantes de esas republicas independiente no les faltaría de nada. Mantendrían su poder, sus privilegios… Se mire como se mire solo los ingenuos no verán en todo esto una gran temeridad. Una insensatez que llevaría a muchos catalanes y a muchos escoceses al naufragio. Mas y compañía en Cataluña y Alex Salmond y compañía en Escocia llevan siempre puesto el salvavidas protector de la política. Estos son claros casos en los que la política no sirve al pueblo, sino que se sirve del pueblo. ¡Qué pena! ¿Verdad?