Periodismo ético

¿Es posible ser objetivos en periodismo? Yo creo que la objetividad total y absoluta nunca ha existido y creo que será difícil que exista alguna vez. No nos olvidemos que en periodismo hay que escoger, seleccionar y decidirse a publicar lo que se considera de interés común. A la redacción llega diariamente una montaña de información y esta debe ser examinada  clasificada, ordenada y confrontada antes de publicarla. Del mismo modo que delante de un juez se jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, también el periodista está obligado a decirla y quien no lo hace se  carga la base de la deontología profesional. Una falsedad omitida puede producir daños  mínimos, una falsedad divulgada a través de un medio de comunicación social  puede provocar daños gravísimos.  Está por tanto en la conciencia del periodista no afirmar nunca algo que es contrario a la verdad. Otra cosa es cometer un error o equivocarse sin mala fe, en ese caso es obligatoria una corrección inmediata, concediendo a dicha rectificación el mismo espacio que se dio a la noticia equivocada. Denunciar los escándalos es un deber y aquel que conociéndolos,  no los publica, no hace honor a la profesión. Pero también existen los que hacen de la profesión una cacería de todo aquello que puede ser escandaloso, dañino, morboso; todo aquello que crea confrontación política, desestabilidad social o sospechas, con la única intención de poder garabatear grandes titulares en su periódico. No es fácil el arte de la información, ni siquiera cuando existe voluntad de ser objetivos, de garantizar el pluralismo y estar dispuestos a rectificar. A menudo se comprueba que los lectores escogen y compran aquellos periódicos que cuentan las noticias que responden a su ideología, forma de pensar y afinidad política; compran aquella prensa cuyas noticias tienen el sesgo con los que ellos se identifican.  Muchos clasifican la prensa de izquierda y de derecha. Yo creo que la mejor clasificación sería la de la independencia. Difícil profesión la del periodista cuya responsabilidad fundamental en una sociedad libre es informar, comunicar las noticias con precisión e imparcialidad, es decir, ejercer la ética.