CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI’ de FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
No es la primera vez que escuchamos a Francisco hablar de medio ambiente. De consecuencia esta Encíclica de 191 páginas titulada Laudato si’, Alabado seas, que ha visto la luz en estos días no ha sido una sorpresa para mi. Todos recordamos las palabras que Francisco pronunció durante la inauguración de la EXPO de Milán: «Dios perdona siempre, los hombres a veces, la tierra nunca.» Una a una este Papa está profundizando en cada una de las emergencias que hoy atenazan a la humanidad.
Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba»
El papa denuncia la súper explotación de la Tierra, clama contra la degradación climática y ambiental. Nos avisa de que es urgente asumir una toma de conciencia e incorporar en nosotros una actitud de responsabilidad.
Hay pasajes de la encíclica muy fuertes. El Papa pone de relieve la relación entre la degradación ambiental y la degradación social. Algo en lo que hoy todos estamos de acuerdo. Los «refugiados ambientales» aún no se reconocen como tales, pero una buena parte de la inmigración proviene de situaciones de emergencia como la desertificación o la falta de agua. Francisco recalca la importancia de la responsabilidad personal. Critica el consumismo y el desperdicio exagerado de alimentos en nuestra sociedad.
Esta Encíclica no es un manifiesto “verde” es una encíclica social de dimensiones globales. La autoridad del papa no es sólo moral, sino también espiritual y cultural y esta llamada de atención que hace con esta Encíclica señala la urgencia de intervenir a todos los niveles para obtener soluciones globales.