El Eclesiastés es un libro del Antiguo Testamento, en hebreo, קֹהֶלֶת, Kohélet, «congregador», un libro lleno de sabiduría que a menudo viene a darnos razón sobre lo que vivimos y vemos a nuestro alrededor.
Pasó el debate sobre el estado de la nación y todo sigue igual, por eso tendremos que darle de nuevo razón a ese libro de la Biblia y repetir con el sabio: «Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol».»Vanidad de vanidades, todo es vanidad». Es más, si seguimos esperando algo nuevo de este gobierno corremos el riesgo que aumente aún más nuestra frustración “porque en la mucha sabiduría hay mucha tristeza; y quien añade ciencia, añade dolor”. La gente ni se acuerda de todo aquello que Zapatero prometió y menos mal, porque de todas aquellas medidas milagrosas para reactivar la economía era una más ruinosa que la otra. A los pocos días, ante la falta de apoyos serios, el Gobierno ha tenido que diluir en vaguedades todas esas promesas no pudiendo satisfacer del todo las voraces demandas de los nacionalistas y comunistas para Cataluña y el País Vasco. Al final se aprobaron 45 , el trueque político funcionó algo y se salvaron algunas votaciones. Vaguedad de vaguedades. Con Zapatero la crisis pasa siempre a segundo plano aunque encima de la mesa un informe le diga que la economía española se ha contraído un 3% en tasa interanual en el primer trimestre del año y más que buscar soluciones a través de reformas, lo que al parecer busca es la fotografía ganadora en las encuestas del CIS.
Mucha gente se pregunta si el único objetivo de nuestros impuestos es dar ventaja al presidente en este juego de la oca en que se ha convertido su política económica, para que los dilapide arruinando a las empresas y a los trabajadores que en definitiva son los que generan riqueza. Muchas empresas siguen viviendo un auténtico calvario y a la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, no se le ocurre otra cosa que decir que: «El camino hacia la recuperación todavía será largo, pero al menos parece que empezamos a ver la luz al final del túnel, y en este caso no es un tren que circula en sentido contrario». Zapatero sigue pidiendo fe y aboga por construir un nuevo modelo económico para seguir sacando pecho en las reuniones del G-20. ¿Presumiendo de qué? La alegría de la «champion league» creo que nos la dará solo el Barsa.