Un gran lector, es decir el consumidor perfecto para los Editores, es aquel que lee un libro a la semana, es decir, lo que significaría unos cincuenta al año. Considerando que este lector tenga una vida activa de aproximadamente 60 años, habría llegado a leer en el al arco de su vida unos tres mil libros. Una cifra que realmente es extraordinaria pero que sin embargo se evapora, considerando que en España se publican al año alrededor de 80.000 libros. De estos títulos alrededor del 70% son novedades y el porcentaje restante corresponde a reimpresiones y traducciones. Más de 6.000 libros al mes. Esto explica el mareo que sufro cada vez que entro en una gran librería. Esta mañana mientras ojeaba sobre un banco de novedades algunos libros, otra persona que también hacia lo mismo, me miró con expresión desconsolada y me comentó en voz baja: “¿cuándo lograre leer todos estos libros?” Comprendía perfectamente su frustración.
Existe (felizmente) una gran abundancia de libros, y no solo en las librerías y en las bibliotecas públicas y privadas, incluso me atrevería a decir que en nuestras casas; todos poseemos en las estanterías de nuestro salón o habitación, más libros de los que realmente conseguimos leer. Afortunadamente no solo los libros desarrollan la inteligencia, la experiencia o la vida creativa, una buena conversación aporta una inyección de cultura, abriéndonos la mente a otros lugares y a otros tiempos, aportándonos ideas, que en definitiva, son las que nos hacen crecer y son también las que conducen y arrastran al mundo. Ante el tsunami de novedades que está mañana me envistió en la librería me consolé pensando que si no consigo leer cuanto desearía al menos puedo intentar escoger mejor las conversaciones, por ejemplo, intercambiando con otros amigos lectores las ideas que hemos encontrado en nuestras lecturas.