Observo que en estos tiempos, muchos se prodigan, sobre todo políticos, en poner en evidencia cada vez que hablan, la forma y ningunear así a la sustancia.
Los discursos de algunos políticos se vuelven cada vez más pobres e instrumentales, derrochando brindis al sol, mentiras, insinuaciones o promesas carentes de verdad y de sensatez. Mucho ruido y pocas nueces.
Poca claridad y demasiada oscuridad. Mi padre siempre me decía que había que desconfiar de las personas que hablaban con oscuridad.
No sé si algunos, como Pedro Sánchez, tienen pocas ideas o ninguna, o no saben elaborarlas ni formarse una visión coherente del mundo que les rodea. No sé si otros como él actúan así por ignorancia o, sencillamente, han incorporado a su modo de hacer política la distorsión y la manipulación de la realidad para destrozar al oponente e intentar conseguir algún voto más. No sé si el “vale todo” se ha convertido ya en el único camino para ganar unas elecciones. Un modo de hacer no solamente equívoco sino incluso negativo para la convivencia social.
Escuchar ciertos discursos en el hemiciclo en un momento de enorme trascendencia nacional, como el que nos toca vivir por la aparición de tanto populismo, pone el vello de punta. Se ha introducido en los debates la descalificación del contrario y se ha desalojado de ellos la propuesta seria y la alternativa. Si no viéramos las imágenes en la TV y solo escuchásemos el sonido de ciertos discursos, pensaríamos que quienes hablan lo hacen desde el peor de los bares de barrio entorno a unas cervezas.
Por mucho que Pedro Sánchez se ponga serio e introduzca tonos graves en su voz, sigue sin convencer. Si sigue así podrá convencer solo a los fieles feligreses de su “parroquia” y a los votantes de la marca de su partido pero a nadie más.
No le vendría mal a Pedro Sánchez y a sus colaboradores dedicar alguna hora al día a leer historia y literatura y también a echar un vistazo al diccionario de la RAE, dejando descansar por un tiempo ese diccionario de la infamia que parece haberse convertido en el libro de cabecera de algunos.