En momentos en los que la información se hace cada vez más densa, compleja y planetaria, mientras la radio y la T.V. transmiten en un goteo continuado noticias que se adelantan a la prensa diaria, nace este magazín informativo de Agenda de la Empresa.
¿Qué tiene de especial? ¿Qué lo distingue en su forma y contenido? En su forma, dos principios: Organización y selección. Naturalmente, estas características existen también en otras publicaciones, pero en Agenda de la empresa, se acentúa especialmente.
La información se organiza en secciones fijas: Primeras páginas, Empresarios y Empresa, Economía y Negocios, el Reportaje de las páginas centrales, Periscopio, para leer en profundidad temas del momento, y el Block de Notas, para dar algunas citas con el ocio.
La organización de las noticias en secciones fijas, puede parecer lo más normal, pero este proceder revela de manera implícita un mensaje. El lector espera que la revista sea el amigo documentado y sereno, para poder pasear por sus páginas encontrando fácilmente lo que busca.
Por otra parte, los lectores, acostumbrados a leer titulares o escuchar flashes de noticias tienen necesidad de perspectivas y significados de los acontecimientos, añadir algo o la información ya conocida. Conocer un servicio desde dentro, conocer un producto en funcionamiento y descubrir un abanico de opiniones, porque muchas ocasiones la entera razón no está solo de un lado.
El problema del mundo industrializado no es tanto el de acceder a la información sino defenderse de ella, o mejor dicho, seleccionar sólo aquella información que necesitamos. Comprender y conocer con sabiduría todo aquello que necesitamos para vivir.
Con el avance del mundo de las imágenes, la escritura no morirá, perdurará. La imagen no es un objeto, en su contenido es efímera. La noticia escrita permanece, y con ella se defiende la voluntad de conservarla para sacar de ella el verdadero significado en el suceder de los acontecimientos. Por tanto, se trata de escoger, compendiar y explicar una perspectiva y un sentido de todo aquello que es útil saber para el mundo de la empresa sevillana.
Es nuestro regalo de aniversario. Agenda de la Empresa cumple un año de vida.
Y no es sólo la fiesta de nuestra redacción, ni la de todo el equipo que la hace posible. Es la fiesta de todos los empresarios sevillanos que desde el primer momento nos agradecieron la iniciativa y nos empujaron a convertirla en un instrumento indispensable, hacer realidad aquel primer titular de nuestro número cero: “Tenga a mano soluciones inmediatas”.
Cada vez estará presente en una de sus dos versiones en todos los despachos de los empresarios sevillanos y nosotros seguiremos trabajando convencidos de que el Desarrollo económico de nuestra provincia depende también de nuestro granito de arena. Entre este nuevo paso y nuestra fidelidad a la primera semilla no encontramos contradicción. Es su lógica consecuencia. Por ello seguiremos contando lo mejor de las mejores empresas.
(Suplemento informativo)
A TRABAJAR QUE LLEGA EL 2.000
El gran reto de crear el futuro no está en predicción. La meta es intentar imaginar un futuro que sea plausible; el futuro que queremos crear.
Faltan menos de mil días para el 2000 y, probablemente, muchas son las preguntas que nos hacemos, como qué estilos de vida nueva llegarán, cómo se desarrollará económicamente nuestra ciudad, cuándo tendremos que empezar a usar el EURO, qué avances tecnológicos revolucionarán nuestro modo de trabajar, cómo será y cómo estará nuestra empresa…
La verdad es que no podemos mirar hacia el futuro como una continuidad del pasado. Las cosas nos llevaron donde estamos no nos van a ayudar a mantenernos allí. Pero, por otra parte, si no sabemos de donde venimos nos será difícil continuar adelante.
Lo que sí es cierto es que el 2000 será diferente y no tenemos más remedio que olvidar nuestra manera de actuar en el pasado para afrontar ese próximo futuro.
Por ejemplo, muchas empresas andaluzas se esfuerzan en ganar clientes y tenerlos contentos; es lógico, pues son ellos los que le permiten avanzar en el mundo de los negocios. Pero, pensando en modelar un buen futuro, no pueden olvidarse que el primer cliente al que deben ganar y tener contentos es al propio personal.
Muchos directivos le dicen hoy a sus empleados: “si no sois más eficientes, perderéis vuestro trabajo a causa de la competencia”. Otros dejan de decirles “si sois más eficientes perderéis vuestro trabajo debido a la mejora en la productividad”. Pensando en modelar un buen 2000, trataremos de conseguir nuevos negocios, beneficio continuos, para dar a las personas que sobren otras nuevas oportunidades en otros nuevos puestos de trabajo.
Por tanto, conviene mirar hacia dentro, pero no hacia atrás. Mirar más a nuestro alrededor y hacia delante.
Quizás se trate de que nos convirtamos en arquitectos. Los arquitectos necesitan algo más que un sueño, necesitan diseñar unos planos para conseguir hacer realidad ese sueño. Y no se trata de hacer un plan demasiado detallado, bastaría, al menos, con una pintura global de conjunto.
Preguntarnos constantemente qué porción de futuras oportunidades podemos capturar, con nuestra actual situación, con fuerzas que tiene nuestra empresa y nuestro equipo humano.
La ideología va dirigida a los resultados, la estrategia a la gestión y la táctica a las personas. Con un personal satisfecho y eficiente se realizarán una buena gestión y los resultados serán los deseados.
No podremos pensar en un buen futuro si nuestros esfuerzos desde ahora no se concentran en perseguir la calidad total de nuestra empresa y la calidad es, siempre, el resultado de una actitud positiva ante el trabajo, y ésta no consigue con personal desmotivado.
Tenemos aún terreno por delante para intentar preparar un buen 2000, que ya está a la vuelta de la esquina.
Por nuestra parte seguiremos apostando por la comunicación empresarial y hoy que se cumple un año del nacimiento de nuestra revista, salimos con un Suplemento Informativo para que la Agenda de la Empresa esté presente todos los meses en una de las dos versiones en las mesas de todos los empresarios sevillanos.