Creo que todos conocemos el experimento que, en 1882, se llevó a cabo en la Universidad Johns Hopkins, por parte de algunos investigadores estadounidenses. El experimento consistía en arrojar a una rana en una olla con agua hirviendo y el resultado era siempre el mismo, la rana siempre saltaba fuera de la olla hacia un lugar menos peligroso. Por el contrario, al colocar la rana en una olla con agua fría y calentarla lenta pero constantemente, la rana terminaba hervida. Noam Chomsky extrajo de ello – en Medios y poder, 2014 – un apólogo reflexivo sobre la aclimatación de nuestras sociedades, bajo la manipulación del poder, a situaciones insostenibles y sin futuro: «Imagínese una olla llena de agua fría en la que una rana nada tranquilamente. Se enciende el fuego debajo de la olla, el agua se va calentando lentamente. Pronto se vuelve tibia. A la rana le resulta muy agradable y sigue nadando. La temperatura sube. El agua ahora está caliente. Un poco más de lo que puede apreciar la rana. Se cansa un poco, pero no se asusta. El agua se pone demasiado caliente ahora. A la rana le resulta muy desagradable, pero se ha debilitado y no tiene fuerzas para reaccionar. Primero lo tolera y no hace nada. Mientras tanto, la temperatura vuelve a subir, hasta que la rana acaba, sencillamente, muerta hervida…. SEGUIR LEYENDO PINCHA EN LA IMAGEN PARA LEER EL ARTICULO COMPLETO

por @mbellido

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