En una época de debate polarizado y cambio tecnológico, el periodismo ético y con vocación de servicio público es más importante que nunca.
Mientras que las empresas y los gobiernos pretenden controlar las noticias, las plataformas de redes sociales insaciables de beneficios deterioran el periodismo y la propaganda política y el discurso del odio se filtran como verdades, los sindicatos luchan por defender un panorama mediático en el que reinen los principios fundamentales del periodismo: la verdad, la independencia y la necesidad de evitar que se facilite la discriminación