Mamá tengo hambre, le oí decir hace un rato a un chaval de 7 u 8 años mientras esperaba  con su madre la llegada del autobús. Fue escuchar la frase y ver como se poblaba mi mente de imágenes de gente mal nutrida, de todos esos países sumidos en la pobreza  del continente africano, de todas esas poblaciones probadas por las guerras y los desastres naturales, por esa parte de la humanidad que vive marginada y de la que a menudo nos olvidamos o queremos ignorar su existencia.  No es una broma. 25.000 personas  en el mundo mueren cada día por razones que tienen que ver con el hambre y la malnutrición. La mayor parte son niños.

El hambre mata en nuestro planeta más que el ébola, que el Sida, que la tuberculosis, que la malaria, que la gripe…. El hambre no es un virus desconocido ni una bacteria maligna, no es una enfermedad contagiosa. El hambre, decía alguien recientemente, es una invención del hombre y, como la necesidad, es un mal.

La realidad es que el mundo produce comida para 12.000 millones de personas y sin embargo  los habitantes del planeta son algo más de 7000 millones.  ¿Cómo es posible que no consigamos dar de comer a todos?  ¿Por qué casi  uno de cada tres habitantes del mundo padece malnutrición? ¿Por qué hay gente en las afueras de las grandes metrópolis que para llevarse algo a la boca tiene que meter sus manos en la basura?

Mama tengo hambre.

Es un grito que millones de niños en el mundo repiten cada día.  Tú y yo sabemos que es tener algo de hambre, pero no sabemos que es sufrirla hasta ver nuestra vida apagarse.

Las causas no son un misterio. Especulación de los mercados, negocios sucios en el sector agrícola, lucro desenfrenado, abuso, usura, intereses políticos, egoísmos e indiferencia.

Si el mundo tiene hambre la culpa es de todos.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com