Un amigo me ha comentado que los artículos de mi blog son siempre la invitación a un viaje. En parte tiene razón ya que en multitud de ocasiones propongo una experiencia y, casi siempre, éstas son un recorrido momentáneo por la vida. Con palabras escogidas pinto el paisaje e invito a adentrarse en él. Otras veces retrato mi actitud y mi pensamiento frente a este momento histórico que quiere adoptarme como hijo prisionero de un código moral impuesto desde el poder, y que no acepto. Como periodista y como hombre vuelvo a la rebeldía serena de quien cree en el poder de la razón.
La situación política de España es de bochorno. El deterioro económico es penoso. El secuestro de ideales y de valores en la sociedad es alarmante. Ya es un clamor. Ante este panorama los repliegues de mi piel, de mis vísceras, de mis sentidos, toda mi limitación corpórea, unida a mi psique, se rebela escribiendo. No tengo otra arma. Ante tanto atropello en nombre de la democracia se agiganta el deseo de trabajar incansablemente para encender luces que despierten consciencias.
A cualquier cosa se le llama hoy democracia y cualquier cosa vale en su nombre. Yo entiendo que la democracia permite la alternancia en el poder, sin luchas, fraudes o derramamiento de sangre. La democracia pone las urnas a disposición de los ciudadanos para depositar un voto que conforme gobiernos aptos para gestionar servicios. La democracia no es entregar a los partidos gobernantes un cheque en blanco con el que puedan disponer de nuestras mentes, de nuestras almas o de nuestras vidas. En nombre de la democracia ningún gobernante tiene el derecho de imponer códigos morales de ningún tipo.
Las razones para vivir nuestras vidas la proporciona la conciencia, no el Ministerio de Igualdad, ni el de Interior, ni el de Justicia, ni el de Cultura, ni el de Educación. Vayamos a un ejemplo. ¿Qué está pasando con el aborto en España? ¿Es coherente que un Ministerio como el de Sanidad, destinado a salvaguardar a través de médicos y centros sanitarios la salud de los ciudadanos y que tiene como prioridad salvar vidas, se contradiga facilitando armas y herramientas legales para asesinar a criaturas indefensas? Otro ejemplo.
¿Es normal que se haga tanta demagogia con la prohibición de fumar cuando lo tendrían tan fácil cerrando las fábricas de Tabaco?
Lío tras lío este gobierno intenta engañarnos, levantar cortinas de humo, seguir prometiendo y no cumpliendo, controlando, prohibiendo, legislando incoherencias, restringiendo la libertad de las personas, engrosando listas de desocupados, recortando a los emprendedores la posibilidad de crear puestos de trabajo, posicionándonos cada vez peor en la esfera internacional… Todo, ¿para qué? Que cada uno responda. Es el momento de encontrarse con la propia identidad y con lo que queremos de esta sociedad y de nuestros gobernantes, de nuestros partidos y de nuestros sindicatos. La oportunidad de modificar todo eso depende de cada uno.

por @mbellido

La web del periodista Manuel Bellido Bello con opiniones, artículos y entrevistas publicados desde 1996. Manuel Bellido https://en.gravatar.com/verify/add-identity/09e264a7e3/manuelbellido% 40manuelbellido.com