Un mundo más bello

Ojeo un libro de fotografías sobre Florencia». Allí viví más de una década, en mi juventud. Conozco la ciudad y conozco también su historia y su arte. El libro expone detalles de la “Piazza del Duomo”. Esa plaza la he atravesado centenares de veces y nunca he podido resistir la belleza y la verdad que aquellas piedras comunican sin conmoverme. En aquellos edificios los hombres de la Edad Media han logrado plasmar la conciencia que ellos tenían de la existencia: la sorpresa ante el avenimiento de Cristo en la Historia, plasmado en cada rincón del Baptisterio, la devoción a la madre de Dios, como generadora de un ciclo histórico nuevo, en todos los detalles de la Catedral y la celebración del Trabajo del hombre, en el “Campanile”. En su esbeltez se refleja la llamada de Dios al ser humano para ser co-responsable de la creación, en ese largo y exaltante camino de transfigurar la Tierra.
Tengo que reconocer que la mirada de Cristo a Juan, Pedro, Santiago, Andrés… en la orilla del río Jordan dio inicio a una trayectoria humana, que más de mil años después florece en la poesía de Dante, en la pintura de Giotto o en la creación de Brunelleschi. Con razón los pintores de Siena en 1335 definían así su empeño: “Nosotros somos por la gracia de Dios manifestación a los hombres toscos y sin cultura, de las cosas maravillosas hechas por virtud y en virtud de la fe” Se ve clarísimamente reflejado en cada una de las piedras de esta “Piazza del Duomo” Un verdadero vademécum de la Historia, que nos conduce por el estupor de la belleza y nos permite acercarnos a la conciencia de la Verdad.
La reflexión a la que invita este libro de imágenes sobre Florencia es útil y oportuna.
No es un libro de espiritualidad, pero me sacia el espíritu, no es un libro de moral, pero me revela huellas y valores. Revisitar estos lugares aunque sea a través de fotografías permite sacar algún provecho a quienes vivimos inmersos en un ritmo de vida alocado que no ayuda siempre mantener la brújula calibrada.